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Microsismos en CDMX: ciencia desmiente teorías conspirativas sobre construcciones

Expertos aseguran que los microsismos recientes en la Ciudad de México son de origen tectónico y no tienen relación con la infraestructura

En los últimos meses, la Ciudad de México ha registrado una serie de microsismos, eventos que, aunque de baja magnitud, han generado preocupación entre la población. Estos movimientos telúricos, especialmente en áreas del poniente de la capital, han desatado rumores sobre posibles vínculos entre la infraestructura urbana y la actividad sísmica; sin embargo, expertos y estudios recientes muestran que no existe evidencia científica que respalde dicha relación.

Un microsismo de magnitud 2.3, registrado en la alcaldía Benito Juárez el 5 de septiembre de 2024, es solo uno de los múltiples eventos sísmicos recientes que se han detectado en la capital. Al respecto, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha señalado que estos movimientos, aunque pequeños, no deben ser ignorados, ya que son indicadores de la actividad tectónica en la región.

El geólogo Alejandro Méndez, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), precisó —a través de su cuenta personal de X (Twitter) que estos movimientos sísmicos son de origen geológico, por lo que atribuirlos a la construcción de edificios o proyectos de infraestructura carece de sustento científico.

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Esta distancia es suficiente para descartar cualquier impacto significativo de la infraestructura urbana en la generación de los microsismos.

¿Qué se escuchó durante el microsismo del 5 de septiembre?

El ingeniero geólogo Alejandro Méndez también se refirió a los sonidos percibidos durante el microsismo del 5 de septiembre. Según Méndez, estos sonidos fueron causados por el desplazamiento de rocas a gran profundidad: “Lo que escucharon fue el súbito rompimiento de la roca en el hipocentro. Son ondas sísmicas que se generan cuando millones de toneladas de roca se desplazan en cuestión de milisegundos”, explicó.


Además, la Red Acelerográfica de la Ciudad de México ha registrado una alta frecuencia de sismos menores en áreas con suelos blandos, lo que ha generado movimiento incluso en eventos de baja magnitud. Estos suelos amplifican las ondas sísmicas, lo que hace que los movimientos telúricos se sientan más intensamente en algunas zonas de la capital.

¿Por qué tiembla en la Ciudad de México?

La actividad sísmica en la capital del país no es nueva, y se debe principalmente a la reactivación de fallas geológicas que han estado activas por miles de años. En particular, un estudio del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) identificó una falla denominada “Plateros-Mixcoac”, que podría estar vinculada a los recientes microsismos en la zona poniente de la capital.

Es importante distinguir entre los diferentes tipos de movimientos telúricos: los microsismos, como el que ocurrió el 5 de septiembre, son temblores de baja magnitud que a menudo pasan desapercibidos por la población, pero que son detectados por los sismógrafos. Estos eventos, que no representan un riesgo significativo, son monitoreados para obtener información sobre la actividad tectónica de la región.

En contraste, los terremotos son sismos de gran magnitud que pueden causar devastación, como los que ocurrieron en 1985 y 2017. Aunque el temor al “mes de los temblores” es comprensible, es necesario recordar que los microsismos y los terremotos son fenómenos muy diferentes en cuanto a magnitud y capacidad destructiva.


La reactivación de fallas geológicas en la Ciudad de México ha sido confirmada por varios estudios, pero estos señalan que son fenómenos naturales. “Las fallas que hemos identificado, como la Plateros-Mixcoac, han estado activas durante miles de años. No es algo que pueda atribuirse a la actividad humana reciente”, explicó el ingeniero geólogo Alejandro Méndez.

El peligro de las fake news

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Uno de los desafíos que enfrenta la Ciudad de México es la propagación de rumores y desinformación, especialmente en redes sociales. Tras cada microsismo, usuarios en plataformas digitales suelen difundir teorías que sugieren que las construcciones en la ciudad están contribuyendo a la actividad sísmica; no obstante, tanto el SSN como expertos en sismología han reiterado que no hay evidencia que respalde estas afirmaciones.

En febrero de 2024, una serie de microsismos en la Ciudad de México generó una alerta entre los habitantes de la capital; sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que estos eventos estuvieron relacionados con fallas geológicas previamente no mapeadas, y no con la construcción de edificios o el desarrollo urbano. Este tipo de estudios son esenciales para desmentir teorías infundadas y proporcionar información precisa a la ciudadanía.

¿Y por qué no suena la alerta sísmica con los microsismos?

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El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) no se activa durante los microsismos debido a que estos eventos, por su naturaleza, no generan ondas sísmicas lo suficientemente fuertes como para representar un peligro, ya que la alerta está diseñada para sismos de mayor magnitud, que ocurren generalmente fuera de la ciudad y tienen el potencial de causar daños severos.

Asimismo, en el caso de los microsismos, el tiempo entre la detección y la llegada de las ondas es tan breve que no permite que el sistema emita una advertencia efectiva.

Históricamente, la Ciudad de México ha sido testigo de importantes eventos sísmicos, como los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017. Estos eventos han dejado una profunda huella en la memoria colectiva de los habitantes de la capital, lo que explica la sensibilidad ante cualquier actividad sísmica; sin embargo, es fundamental distinguir entre los diferentes tipos de sismos y no caer en la desinformación.

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