Este viernes 6 de septiembre, el peso mexicano se ubicó como la segunda divisa más depreciada a nivel global, con una caída del 0.63% frente al dólar estadounidense; solo el rublo ruso, con una pérdida de 2.26%, mostró un peor desempeño en los mercados internacionales.
Al respecto, Gabriela Siller, directora de análisis económico en Banco Base, explicó que la depreciación del peso en esta jornada no está relacionada con la discusión sobre la reforma del Poder Judicial en México, como en días pasados, sino que se debe principalmente a la creciente posibilidad de una recesión en Estados Unidos.
“La depreciación del peso hoy no es por la reforma del Poder Judicial, ya que los senadores de oposición dijeron que votarán en contra”, precisó la economista en referencia a los 43 legisladores que han señalado que no avalarían la reforma, bloqueando su aprobación en la Cámara alta.
La incertidumbre sobre la economía estadounidense ha generado cautela en los inversionistas, lo que se tradujo en una menor demanda por activos de riesgo, como el peso mexicano, razón por la cual habría tenido un mal desempeño la divisa mexicana.
¿Cómo ha influido la Reforma Judicial en el tipo de cambio?
En días recientes, la depreciación del peso sí estuvo relacionada con factores políticos internos, particularmente la discusión sobre la reforma judicial en el Congreso. A mediados de julio, el peso ya había mostrado señales de debilidad, cuando su cotización pasó de los 17 pesos por dólar a casi 19, influenciada por el temor a que la reforma pudiera afectar la estabilidad jurídica del país.
A pesar de la influencia de situaciones externas, como la desaceleración en Estados Unidos, la inestabilidad política local, incluida la incertidumbre generada por las reformas, ha contribuido a un ambiente de volatilidad para la moneda. Durante agosto y septiembre, analistas anticiparon que el peso podría seguir fluctuando, sobre todo ante el desarrollo de las decisiones políticas en México y el contexto internacional.
El ranking de divisas de este viernes refleja que, además del peso mexicano, otras monedas latinoamericanas como el peso argentino y el real brasileño también registraron caídas, aunque en menor proporción. Mientras tanto, divisas como el yen japonés y el dólar taiwanés se apreciaron en los mercados, mostrando un desempeño positivo frente al dólar.