Durante el pasado jueves 26 de septiembre, la Ciudad de México vivió una serie de microsismos que fueron percibidos por los habitantes de diferentes alcaldías, añadiendo el terremoto de magnitud de 5.0 en Ciudad Altamirano, Guerrero.
Ante este escenario ocurrido durante en los últimos días de septiembre, conocido por sus terremotos históricos, la ciudadanía especuló ante la preocupación de otro posible temblor de gran magnitud.
Capitalinos preocupados: ¿se avecina un temblor más fuerte?
La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) emitió un informe en la mañana del 27 de septiembre de 2024 donde aclaró la situación en torno a los microsismos. “Estos movimientos telúricos no representan un comportamiento anormal de la sismicidad local, propia de la capital del país”, definió la institución sobre la normalidad de los eventos telúricos.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN), perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), registró alrededor de siete microsismos significativos. El primero apareció a las 00:39 horas, en la madrugada con epicentro en la colonia Miguel Hidalgo.
Los otros dos microsismos destacados, de magnitud 3.3 y 3.2 dentro de la alcaldía Álvaro Obregón, que ocurrieron en la tarde y en la noche del jueves 26 aparecen dentro del rango normal de los eventos sísmicos en el poniente de la Ciudad de México de los últimos cincos años.
“Lo ocurrido ayer 26 de septiembre, no es un comportamiento anormal en cuanto a la sismicidad que ha experimentado la Ciudad de México (...)”, confirma nuevamente la Coordinación.
Estos microsismos son impredecibles por su magnitud menor y su duración mínima, además de generarse a un kilómetro de profundidad, afectando solamente la zona cercana al epicentro. Ante estas condiciones dentro del estándar normal, la CNPC descartó la posibilidad de un temblor.
“Por lo anterior, la actividad sísmica que se registró ayer no implica la inminencia de un sismo de gran magnitud”, aseguró dentro del informe.
