Kevin Gabriel Soto Bolaños y Rocío Esmeralda Hernández Ramírez fueron sentenciados a 46 años de prisión, ya que participaron en el homicidio de una persona de la tercera edad en marzo del año pasado a la que asaltaron para robarle el dinero de su pensión, el cual retiró de un banco en el municipio de Naucalpan, Estado de México.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) detalló que ambos formaban parte de un grupo criminal, el cual asesinó a un ciudadano indio tras retirar dinero de una casa de cambio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
El asalto y homicidio de la persona de la tercera edad ocurrió después de acudir a un banco en la avenida 16 de septiembre, colonia Alce Blanco, los ahora sentenciados lo siguieron en compañía de otras dos personas que iban en dos vehículos.
Más adelante fue interceptado por otros dos integrantes de la banda, quienes les exigieron el dinero, como se resistió al asalto, uno de los delincuentes le disparó y ocasionó la muerte al señor
“Elementos de la Fiscalía llevaron a cabo actos de investigación con los que fue posible establecer la participación de Kevin Gabriel Soto Bolaños y Rocío EsmeraldaHernández Ramírez. En entrevista ministerial, detallaron su modus operandi y el reparto de funciones para la comisión de estos ilícitos, cuya labor consistía en vigilar a las víctimas que eran seleccionadas previamente en las sucursales correspondientes”.
Homicidio de ciudadano indio
Kevin Gabriel y Rocío Esmeralda declararon a las autoridades que también participaron en el asalto y homicidio de un ciudadano de la India, quien acudió a una casa de cambio en el AICM el 19 de agosto de 2023, los delincuentes siguieron a la víctima desde que salió del aeropuerto y lo interceptaron cuando cuando circulaba por el Viaducto Miguel Alemán.
En este caso, la investigación la inició la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México y la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina, la información aportada por las autoridades mexiquenses se pudo establecer la forma de operar de ese grupo criminal.
La investigación destaca que “tenían acceso remoto a las cámaras de videovigilancia de por lo menos dos casas de cambio, valiéndose de información reservada como el número de usuario y contraseña de estos dispositivos, visualizaban el interior, a los usuarios y el dinero objeto de las operaciones, para seleccionar a sus víctimas y posteriormente contactar al líder del grupo, a quien le referían montos, media filiación, tipo y color de vestimenta”.
Después, el líder de la banda contactaba a “picadores”, encargados de identificar el vehículo que la víctima abordaría y el momento de salida del aeropuerto, además de cubrir su trayecto a bordo de un vehículo automotor para “hacer muro”.
La información se transmitía a otra célula que alcanzaba el automóvil de la víctima, a la que amenazaban con armas de fuego para que entregara el dinero, tras cometer el asalto, se reunían en un punto previamente acordado de la Ciudad de México para ocultar los vehículos y armas y distribuir el dinero robado.
