Berlín parece haber cesado la aprobación de exportación de armas a Israel en la medida en que lo hacía, aunque insiste en que no hay ningún veto.Desde principios de 2024, el Gobierno de Alemania parece haber detenido discretamente, o al menos puesto en pausa, las exportaciones de armas a Israel. Al mismo tiempo, niega oficialmente cualquier cambio de política e insiste en que las exportaciones de armas a aquel país continuarán en un futuro próximo.
Las cifras del Gobierno, reveladas en respuesta oficial a una pregunta parlamentaria del 10 de septiembre, muestran que las aprobaciones de exportaciones de armas a Israel aumentaron inmediatamente después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, pero luego disminuyeron a finales de año.
Según las respuestas parlamentarias del ministerio de Economía alemán, responsable de aprobar las licencias de exportación de armas, no ha habido exportaciones de "armas de guerra" entre enero y junio de 2024.
En cuanto a las licencias de exportación de componentes o tecnología armamentística -que entran en una categoría diferente-, han continuado en 2024, pero a escala significativamente reducida.
Para tomar un ejemplo de la respuesta parlamentaria, el Ministerio de Economía dijo que en octubre de 2023 se aprobaron algo más de 3 millones de euros (3,35 millones de dólares) en piezas y tecnología militares, mientras que en julio de 2024 solo se enviaron alrededor de 35.000 euros en equipo militar.
A pesar de ello, el ministerio de Economía insiste en que las cifras no indican que el Gobierno haya cambiado de postura. "No hay ninguna prohibición a la exportación de armas a Israel, ni la habrá", declara a DW en un comunicado un portavoz de ese ministerio.
El principal tabloide alemán, Bild, informó el domingo (13.10.24) de que, tanto el vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, como la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, se negaron a dar luz verde a la entrega de nuevas armas a Israel hasta que el Gobierno israelí diera una confirmación por escrito de que "no se utilizarían para el genocidio". Según el informe de Bild, esa confirmación por escrito ya se habría producido.
El canciller alemán, Olaf Scholz, reiteró esta postura en un discurso ante el Parlamento, el 10 de octubre, cuando anunció que el Gobierno había tomado decisiones que "garantizan que pronto habrá nuevas entregas". No dio detalles sobre qué tipo de armas se exportarán ni cuándo.
Todas las solicitudes de exportación de armas, añadió el portavoz del ministerio, se evalúan en función de sus características: "De esta manera, el Gobierno tiene en cuenta el cumplimiento del derecho humanitario internacional. Este enfoque, caso por caso, siempre tiene en cuenta la situación actual, incluidos los ataques a Israel por parte de Hamás y Hezbolá, así como el curso de la operación en Gaza".
Varios frentes judiciales
No obstante, las cifras parecen representar un cambio significativo en el apoyo militar alemán a Israel. Durante al menos dos décadas, Alemania ha sido el segundo mayor proveedor de armas de Israel.
Las estadísticas recopiladas por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), y presentadas en un informe publicado por el grupo de investigación Forensic Architecture (FA) en abril, muestran que, en 2023, Alemania fue responsable del 47 por ciento de las importaciones totales de armas convencionales de Israel, después de Estados Unidos, con un 53 por ciento.
FA también calculó que, de los 3.300 millones de euros en licencias de exportación concedidas por Alemania entre 2003 y 2023, el 53 por ciento fueron para armas de guerra. El resto fue para otros equipos militares. Sólo en 2023, Alemania aprobó exportaciones de armas a Israel por valor de 326,5 millones de euros.
El Gobierno alemán ha tenido que defender su apoyo militar a Israel ante tribunales nacionales e internacionales en varias ocasiones durante el último año, a menudo minimizando sus exportaciones de armas.
En abril, cuando Nicaragua presentó una demanda contra Alemania ante la Corte Internacional de Justicia en virtud de la Convención de las Naciones Unidas contra el Genocidio, los representantes de Alemania dijeron a la CIJ que "el 98 por ciento de las licencias concedidas después del 7 de octubre no se refieren a armas de guerra, sino a otros equipos militares". Esto podría incluir motores para tanques, en lugar de tanques enteros. Por ejemplo, la serie de tanques Merkava, utilizada Israel, ha usado durante décadas motores y transmisores de fabricación alemana.
El Gobierno alemán afirmó en su alegato ante la CIJ que solo había concedido cuatro licencias de exportación de "armas de guerra" en el último año, concretamente, para tres pedidos de munición (incluido uno de 500.000 cartuchos), y cargas propulsoras que, según afirmó, sólo eran adecuadas para fines de entrenamiento. El cuarto pedido, según admitió el Gobierno, fue de "3.000 armas antitanque portátiles", una licencia que se concedió "en el contexto inmediato de las masacres de Hamás". Estas armas antitanques, conocidas como Matadors, son esencialmente lanzacohetes portátiles. En los últimos meses, han aparecido varios videos que muestran a soldados israelíes disparando estas armas contra edificios de Gaza.
El 98 por ciento restante de las exportaciones -principalmente componentes y munición de entrenamiento- no es necesariamente menos mortífero: "Entregar 500.000 cartuchos de munición, supuestamente sólo ‘con fines de entrenamiento', me parece una afirmación muy sospechosa”, dice Jürgen Grässlin, portavoz de un grupo alemán que hace campaña contra el comercio de armas, Aktion Aufschrei - Stoppt den Waffenhandel. "La cifra es extremadamente alta y plantea dudas sobre si esta munición sólo se utilizará para entrenamiento durante no se sabe cuántos años”.
También en tribunales alemanes, el Gobierno minimizó la relevancia de sus exportaciones de armas a Israel. A principios de 2024, cinco palestinos anónimos que viven en Gaza presentaron una demanda ante un tribunal de Berlín con la intención de obligar a Alemania a detener las exportaciones de armas a Israel. El caso, que contaba con el apoyo del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), con sede en Berlín, y de tres organizaciones palestinas de derechos humanos, fue desestimado por el tribunal en junio, en parte por razones de jurisdicción legal, pero también porque era demasiado tarde: Alemania, según el Gobierno, ya no enviaba armas a Israel.
Sönke Hilbrans, asesor jurídico del ECCHR, no quedó muy satisfecho con el razonamiento del tribunal: "Los tribunales no han comprobado esta información”, dice. "En su lugar, se pide a los afectados que demuestren lo contrario, algo que nadie fuera del Gobierno federal puede hacer”. De hecho, actualmente no hay información pública sobre qué nuevas licencias de exportación de armas está aprobando o no el Gobierno de Alemania.
Mensajes contradictorios
Las acciones y declaraciones del gobierno parecen contradecirse. En palabras de Max Mutschler, investigador senior del Centro Internacional de Bonn para Estudios de Conflictos: "La información del Gobierno alemán es extremadamente opaca cuando se trata de exportaciones de armas. Ahora cualquiera puede interpretar las cosas como quiera: los que dicen que el Gobierno ha echado el freno pueden señalar las cifras de armas de guerra, mientras que los que dicen que las entregas continúan pueden remitirse a las otras entregas y a las declaraciones del Gobierno. Es realmente una mala política de información”.
Muchos observadores creen que, efectivamente, el Gobierno puede haberse vuelto más cauteloso a la hora de aprobar nuevas licencias, tanto por las numerosas denuncias de presuntos crímenes de guerra cometidos por las Fuerzas de Defensa de Israel como por las causas judiciales. Fuentes conocedoras de este último asunto dicen a DW, bajo condición de permanecer en el anonimato, que, efectivamente, la preocupación por la situación en Gaza y las posibles amenazas legales para Alemania han hecho reflexionar al Gobierno.
"Pero hay otra interpretación”, asegura Mutschler. "Muchas exportaciones de armas se aprobaron en 2023, después del 7 de octubre, y hasta bien entrado diciembre. Bien podría ser que, todo lo que estaba sobre la mesa entonces, y aquello que Israel encargó inmediatamente después del 7 de octubre, fuera aprobado muy rápidamente, de modo que, en la primera mitad de 2024, no quedaban tantas licencias de exportación por aprobar”. Mutschler cree que, probablemente, se trate de una combinación de ambos factores: las antiguas licencias se aprobaron rápidamente hacia finales de 2023, y luego Alemania se volvió más reacia a aprobar nuevas por temor a problemas legales.
En cualquier caso, el apoyo fundamental del Gobierno alemán a Israel no parece haber cambiado. Andreas Krieg, profesor alemán de estudios de defensa en el King's College de Londres, cree que el Gobierno de Alemania sigue siendo, probablemente, el Estado más proisraelí del mundo, y que "siguen intentándolo, siguen estando con Israel, siguen queriendo exportar”. Pero, al mismo tiempo, sospecha que el Gobierno está reteniendo la aprobación de licencias mientras espera asesoramiento jurídico: "Creo que, en este momento, no se trata de una decisión política, sino puramente jurídica», dice a DW.
Pero la mayor preocupación, según Krieg, es la falta de presión política o pública generalizada sobre el Gobierno alemán para que sea más transparente sobre su apoyo militar a Israel. "El panorama de los medios de comunicación en Alemania y el discurso público están casi exclusivamente del lado de Israel, y hay muy pocas voces, si es que hay alguna, que condenen lo que Israel está haciendo en Gaza”, afirma Krieg. "Así que creo que el Gobierno alemán tiene mucho más margen de maniobra que, por ejemplo, el británico. En este contexto, los alemanes no tienen que ser muy transparentes en lo que hacen”.
(ms/cp)