El senador y dirigente nacional de Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno subió a encarar al presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, reclamándole por no darle el uso de la palabra.
La controversia se originó durante una sesión en la que se discutía la la reforma de Supremacía constitucional. Después de que Fernández Noroña declaró la constitucionalidad de dicha reforma, varios senadores priistas, entre ellos Moreno, solicitaron el uso de la palabra. No obstante, Noroña, quien también es un senador del PT, partido aliado de Morena, no accedió a sus peticiones, lo que generó la molestia de los priístas.
Ya en tribuna, Moreno acusó a Noroña de no respetar el proceso legislativo. “Tú estabas consultando si estaba suficientemente discutido”, le dijo, lo que desencadenó una serie de gritos e intercambios acalorados entre ambos senadores.
“A mí no me grites, a mí no me grites”
La tensión aumentó rápidamente. Gerardo Fernández Noroña, visiblemente enojado, le respondió a Moreno: “¡No me pongas el dedo encima!”, mientras exigía respeto hacia su presidencia. La confrontación se tornó más intensa cuando Moreno le replicó: “A mí no me grites, a mí no me grites”.
La discusión comenzó a salirse de control por lo que la senadora Lucía Trasviña, también de Morena, se interpuso entre ambos senadores y posteriormente comenzó a jalonearse con la legisladora del PRI, Karla Toledo.
Una vez que Moreno tuvo la oportunidad de dirigirse nuevamente al pleno, explicó que su intención al subir a la tribuna era llamar la atención sobre la falta de respeto hacia su bancada.
En esa oportunidad, el priísta calificó a los senadores de Morena de “cínicos y corruptos”, y denunció que el régimen democrático estaba siendo amenazado por ellos. “Este régimen democrático sobrevivió a pesar de ustedes, bola de cínicos corruptos que quieren hacer una dictadura”, expresó.