Tras el paso de la depresión aislada en niveles altos (DANA), también conocida como “gota fría”, que ha causado graves inundaciones en Valencia y al menos 217 muertes, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que hasta el momento no se han reportado mexicanos afectados.
En un comunicado emitido a través de su cuenta en X, la SRE actualizó la situación de posibles mexicanos involucrados en el desastre natural, confirmando que no se tiene conocimiento de ciudadanos mexicanos fallecidos, desaparecidos o que requieran asistencia consular.
“Hasta hoy no se nos ha notificado sobre connacionales que hayan solicitado asistencia o protección consular, así como la desaparición o el fallecimiento de mexicanas o mexicanos”.
— SRE
Ayuda a damnificados
En solidaridad con los damnificados, la SRE anunció el inicio de una campaña de recolección de víveres a partir de este lunes 4 de noviembre. Los insumos solicitados incluyen artículos de primeros auxilios, alimentos no perecederos, ropa, cobijas, productos de higiene personal y agua, que serán destinados a las personas afectadas en la región de Valencia.
Daños por DANA
En tanto, España enfrenta una crisis humanitaria tras el paso de DANA, con daños en más de 100 vías, en su mayoría carreteras secundarias, de las cuales 67 permanecen totalmente cerradas al tráfico, incluyendo 44 en la provincia de Valencia. Las principales afectaciones incluyen tramos de la A-7, entre Quart de Poblet y Torrent, y la N-3 en San Juan Requena, actualmente intransitables debido al alto nivel del agua.
Aunque las lluvias torrenciales y las tormentas son habituales en las regiones mediterráneas de España en los meses de septiembre y octubre, las que cayeron en las zonas más afectadas pulverizaron los registros. En la provincia de Valencia cayeron hasta 500 litros de agua por metro cuadrado y en algunas de sus poblaciones llovió más en un rato de lo que suele hacerlo en todo el año.
De acuerdo con José María Bodoque, investigador especializado en evaluación del riesgo por inundación de la Universidad de Castilla-La Manca, “las precipitaciones saturaron rápidamente los suelos, generando crecidas súbitas en torrentes, cauces y ramblas que se desencadenaron en pocas horas, lo que limitó el tiempo de respuesta”, explicó.