El recién nombrado secretario de Estado de Donald Trump, de origen cubano, tiene un especial interés en América Latina, donde los problemas para Estados Unidos son cada vez mayores."Es la primera vez en la historia de Estados Unidos que se nombra a un secretario de Estado de raíces latinas", dice a DW Paulina Astroza, académica de la Universidad de Concepción (Chile) y experta en temas internacionales. Se refiere, claro, a Marco Rubio, el senador republicano de padres cubanos que Donald Trump eligió como su futuro encargado de las relaciones internacionales. "Mano dura", "proisraelí", "señal a las dictaduras de la región" son algunos de los conceptos que la prensa internacional ha usado para definir a Rubio, tras conocerse su nombramiento.
"Marco es un líder muy respetado y una voz muy poderosa en favor de la libertad. Será un fuerte defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios", declaró Trump respecto a su rutilante nuevo secretario de Estado. ¿Es realmente una señal para las dictaduras de la región? ¿Influirá en algo su ascendencia cubana?
Andrei Serbin Pont, analista internacional argentino y director de Investigaciones de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), explica a DW que "Rubio va a pesar bastante y tendrá una tendencia a aplicar fuerte presión en el ámbito diplomático. Esto lo digo por lo que sabemos de sus posturas pasadas y el interés personal que tiene en América Latina, no solo por su ascendencia, sino porque representa a Florida", que es un estado con mucha presencia de inmigrantes latinos, especialmente cubanos.
El zapato chino
Rubio no solo tendrá que verse las caras en la región con Gobiernos opuestos ideológicamente a la nueva administración estadounidense, sino también con una creciente influencia china. "La preocupación por la presencia de China es una de las pocas cosas en las que todos están de acuerdo en Estados Unidos. Ya la gestión de Joe Biden viene empujando fuerte intentos por sacar adelante una competencia estratégica efectiva en la región y probablemente ahora tendremos un mayor énfasis en eso", dice Serbin Pont.
"Estados Unidos tiene claro que ha perdido espacio en la región ante China. A Chile, por ejemplo, Mike Pompeo -secretario de Estado de Donald Trump en su primer Gobierno- nos dijo en nuestra cara, en nuestro país, que si optábamos por la fibra óptica con China habría consecuencias. Obviamente, en materia comercial, Estados Unidos ya no es la única voz, porque los chinos marcan presencia en América Latina, pero también en África, Europa y Asia", puntualiza Astroza.
Sin embargo, para la región, la potencia norteamericana sigue siendo un actor de suma relevancia. "Marco Rubio ha hecho declaraciones en contra de las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba, así que uno puede hacerse una idea de cómo actuará. Podemos pensar que los temas de seguridad, inmigración y narcotráfico serán los ejes de su relación con el continente. A la vez, ha expresado apoyo a líderes que comparten sus principios de populismo de extrema derecha, como es el caso del presidente Javier Milei en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador, y los presidentes de Paraguay y República Dominicana", añade la académica de la Universidad de Concepción.
Cuba y la memoria de Rubio
Serbin Pont pone sobre la mesa otro elemento: Marco Rubio obviamente no trabajará solo. "Hay que tener en cuenta cómo pueden jugar los otros miembros del gabinete. Estamos hablando de Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional o Tulsi Gabbard como directora de inteligencia. Waltz es como Rubio y también viene de Florida, pero Gabbard no se ha expresado a favor del intervencionismo en Venezuela y ha dicho que Estados Unidos no debería impulsar iniciativas de cambio de régimen en la región". Para el experto, puede darse el caso de que haya más sanciones, presión económica y diplomática y, a la vez, mayor renuencia al uso de la fuerza militar.
El analista ve en Argentina un aliado estratégico del futuro Gobierno estadounidense. En el caso de El Salvador, en cambio, "habrá que ver cómo llevan adelante ese vínculo, además del vínculo con Brasil, en quien históricamente Estados Unidos ha delegado parte del rol de liderazgo en la región". "México también es muy importante", acota Astroza, especialmente por los temas migratorios que afectan la relación entre ambos vecinos. "Colombia también juega un papel, especialmente por la lucha contra el narcotráfico", pondera.
La experta chilena estima que uno de los puntos candentes será Cuba. "Recordemos que en su Gobierno anterior Trump echó para atrás todas las medidas que Barack Obama impuso para lograr avances con la isla. Va a haber una tensión mucho mayor, especialmente ahora que tendrá un secretario de Estado de origen cubano. En las relaciones internacionales, uno de los factores más importantes en la toma de decisiones es la historia, la memoria y las vivencias que tiene el tomador de decisiones", señala Astroza.
(rml)