En México, un 40.4 % de los adultos, es decir, cuatro de cada diez, presenta consumo excesivo de alcohol, mientras que cerca del 14 % de los adolescentes muestra patrones similares, según datos de la Red de Acción sobre Alcohol (RASA).
Además, México ocupa el cuarto lugar en consumo de cerveza a nivel mundial, con un promedio de 68 litros per cápita al año, es decir, aproximadamente 1.3 litros por persona cada semana, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Estas cifras invitan a cuestionar el papel del alcohol en los crecientes índices de obesidad y sobrepeso en el país.
Este 15 de noviembre, en el marco del Día Mundial del Alcohol, se abre un espacio de reflexión sobre los impactos del consumo de bebidas alcohólicas en la salud física y mental.
“Sí existe una relación directa entre su consumo y el aumento de kilos, pues el alcohol aporta calorías. Un gramo de etanol aporta siete, casi el doble de las que aporta el azúcar, que es de cuatro por gramo. Pero, en el caso de las bebidas etílicas, tienen muy poco o ningún valor nutrimental, es decir, no aportan nutrientes al cuerpo, como ocurre con los alimentos, es por ello que se les consideran como calorías vacías”, así lo refiere Yesica Avellaneda, especialista en Nutrición Bariátrica y PsicoAlimentación, de Bib System.
¿Qué pasa con tu salud en cada copa?
Además de estar vinculado con enfermedades hepáticas, cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y problemas de salud mental, el consumo de alcohol tiene efectos sobre el peso. A diferencia de otros alimentos, el alcohol aporta “calorías vacías”, que si bien proveen energía, no aportan ningún valor nutricional esencial.
Una vez en el organismo, el alcohol interfiere en la forma en que el cuerpo metaboliza las grasas y puede propiciar la acumulación de tejido adiposo. Este riesgo es mayor cuando el consumo de alcohol se acompaña de alimentos poco saludables.
Las investigaciones también han revelado que la ingesta de bebidas alcohólicas puede afectar el metabolismo y desencadenar un aumento en el apetito, lo que lleva a un mayor consumo de calorías. Así, el impacto en el peso no solo depende de la cantidad de alcohol, sino también del tipo de bebida consumida, el número de calorías en cada bebida y la frecuencia de su ingesta.
“Mientras que una lata de cerveza, de 356 ml, tiene 153 Kcal, 1 copa de vino de 200ml, alberga 170 Kcal. Sin embargo, entre las que mayor contenido calórico presentan, podemos encontrar los licores y cocteles con crema, que suman alrededor de 300-500 Kcal por cada 100 ml, debido a su alto contenido de azúcares simples y grasas; así como el ron o Whisky con refresco, que va de los 250 a los 300Kcal” agregó Julieth Puello, Nutrióloga Bariatra del sistema Bib.
Los especialistas señalan que es crucial que el Día Mundial del Alcohol no solo sea una fecha de concientización sobre los problemas de salud relacionados con el consumo, sino también un llamado para implementar mejores políticas y campañas de educación.
En un país donde el consumo elevado de alcohol va en aumento, comprender sus efectos y promover la moderación es fundamental para contrarrestar los riesgos que esta sustancia representa en términos de salud y bienestar.