En un operativo conjunto entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, fueron detenidos tres presuntos miembros de una banda dedicada a la clonación de tarjetas bancarias y la suplantación de identidad.
La detención se realizó tras el cumplimiento de una orden de cateo en un inmueble ubicado en la alcaldía Benito Juárez, en la colonia Zacahuitzco, que, según las investigaciones, funcionaba como el centro de operaciones de esta organización delictiva.
Los efectivos de Seguridad y Protección Ciudadana recibieron información que indicaba que en el inmueble de la avenida Presidente Plutarco Elías Calles se estaban llevando a cabo actividades ilícitas relacionadas con el fraude bancario.
De acuerdo con las primeras indagaciones, en dicho domicilio se clonaban documentos oficiales, que luego eran utilizados para activar tarjetas de crédito con los datos robados. Estas tarjetas, una vez obtenidas, eran utilizadas para realizar compras fraudulentas y luego los productos adquiridos eran vendidos o almacenados en la misma propiedad.
La edad es sólo un número
Lo que llamó la atención fue la edad de los tres criminales detenidos, pues se trata de un hombre de 76 años y dos mujeres de 74 y 40 años, pero eso no fue impedimento, ya que de acuerdo con la policía, su modus operandi era eficaz y bien estructurado.
En el caso del hombre de 76 años, las autoridades señalaron que ya tenía antecedentes penales, pues había sido detenido en 2019 por el delito de encubrimiento por receptación (ocultación o encubrimiento de los efectos de un ilícito) y en 2018 por fraude.
Tras la detención, los tres implicados fueron puestos a disposición del Ministerio Público, quien será el encargado de definir su situación jurídica y continuar con las investigaciones.
La banda operaba mediante un sistema organizado en el que los miembros se encargaban de la creación de documentos apócrifos. Estos documentos eran enviados a un supuesto ejecutivo de una institución bancaria, quien luego supervisaba el proceso para activar las tarjetas de crédito en nombre de las víctimas.
Esto sólo es una parte del “negocio”
Una vez obtenidas las tarjetas, se utilizaban para realizar compras de artículos costosos, que eran guardados en el inmueble para su posterior venta. Además, según la información recabada por las autoridades, algunas de las compras fueron realizadas para adquirir productos relacionados con el narcotráfico, lo que refuerza la teoría de que la banda operaba en un ámbito delictivo más amplio.
Durante el cateo, los oficiales aseguraron 70 dosis de aparente cocaína, 13 tarjetas bancarias emitidas por diferentes instituciones financieras, 9 licencias de conducir falsas, 17 identificaciones oficiales fraudulentas, y un pasaporte. Además, también fueron confiscados dispositivos electrónicos como computadoras portátiles, una báscula gramera, dinero en efectivo y una serie de productos de alto valor, tales como un refrigerador, una pantalla y 56 cajas de proteína, los cuales, según las autoridades, habían sido adquiridos mediante el uso de las tarjetas clonadas.