El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, avanza en sus planes para cumplir con una de sus promesas más emblemáticas de campaña: la deportación masiva de inmigrantes ilegales.
De acuerdo con información proporcionada por varias fuentes no identificadas citadas por CNN, Trump ya tiene listos los esquemas para la construcción y expansión de grandes centros de detención, donde se alojarán a los inmigrantes antes de ser expulsados del país.
En ese contexto, uno de los proyectos bajo consideración sería la ampliación de las llamadas “prisiones de condado”, espacios de detención temporales que podrían ser adaptados para albergar a los inmigrantes en espera de su deportación.
Pese a que no se ha especificado la ubicación exacta de estos centros, se especula que muchos de ellos se construirían en ciudades cercanas a la frontera con México, lo que facilitaría la logística de las expulsiones.
¿En qué consiste el plan de Trump?
Parte del plan incluye la adquisición de grandes cantidades de camas para los inmigrantes detenidos durante su proceso de expulsión. No obstante, la gran dificultad que enfrenta Trump para llevar a cabo estas medidas radica en la financiación del proyecto, una preocupación que está siendo abordada por sus asesores de diversas maneras.
Se prevé que se lleve a cabo una redistribución de fondos de otras agencias federales o que se declare una “emergencia nacional” para acceder a fondos del Pentágono, una medida que Donald Trump ya implementó durante su primer mandato.
Una de las piezas clave en este proceso es garantizar que las detenciones de inmigrantes indocumentados sean obligatorias. En el pasado, debido a la falta de recursos federales, muchos inmigrantes fueron liberados mientras esperan el proceso de deportación. Por tal motivo, se contempla la posibilidad de que Trump emita una orden ejecutiva que facilite la detención obligatoria de aquellos que se encuentren en situación irregular en el país.
El plan de detención y expulsión de inmigrantes de Trump se enmarca en una postura más estricta en materia de inmigración, que ya se había evidenciado durante su primer mandato.
En aquel entonces, Trump deportó a 1.5 millones de inmigrantes, una cifra significativamente menor que la alcanzada durante la presidencia de Barack Obama, que deportó cerca de 2.9 millones en su primer cuatrienio y 1.9 millones en su segundo periodo.
Aunque aún no existen detalles sobre la ejecución de estos planes, los miembros del equipo de transición de Trump aseguran que el nuevo presidente cumplirá con las promesas realizadas durante la campaña electoral.