Claudia Sheinbaum, presidenta de México, debutó en la Cumbre del G20 en Brasil con un discurso que sobre la visión progresista de su administración. Durante su participación, elogió a Luiz Inácio Lula da Silva por liderar la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, y presentó una propuesta que busca priorizar la sostenibilidad y la justicia social a nivel global.
La cumbre, que reúne a líderes de las principales economías del mundo, es el escenario donde Sheinbaum promueve el programa “Sembrando Vida”, una iniciativa mexicana que combina la reforestación con el combate a la pobreza. Su propuesta incluye la creación de un fondo global financiado por el 1% del gasto militar, marcando una postura contundente contra la desigualdad y el cambio climático.
Puntos principales del discurso de Sheinbaum
- Crítica al gasto militar: Señaló que el gasto en armas (2.4 billones de dólares) triplica el crecimiento de la economía mundial y es absurdo frente a las necesidades globales como la pobreza y el cambio climático.
- Llamado a la paz y la fraternidad: Exhortó a las naciones a construir en lugar de destruir, destacando la importancia de la solidaridad y la igualdad como principios rectores.
- Humanismo mexicano y economía moral: Presentó el modelo económico de su gobierno, enfocado en la prosperidad compartida, el combate a la corrupción y la separación del poder económico del poder político.
- Logros de México: Subrayó avances en reducción de pobreza, aumento del salario mínimo, récord de inversión extranjera, y el fortalecimiento de la educación y la salud pública.
- Propuesta de reforestación global: Propuso destinar el 1% del gasto militar de los países para financiar el programa “Sembrando Vida” a nivel mundial, con el objetivo de reforestar 15 millones de hectáreas y mitigar el cambio climático.
- Resultados del programa “Sembrando Vida” en México: Compartió los logros de la iniciativa, que ha beneficiado a 439 mil familias y reforestado más de un millón de hectáreas, capturando 30 millones de toneladas de CO₂ al año.
- Impacto global de la propuesta: Estimó que el fondo generaría 24 mil millones de dólares anuales, permitiendo apoyar a 6 millones de familias y restaurar ecosistemas equivalentes a cuatro veces la superficie de Dinamarca.
- Sembremos vida, no guerras: Concluyó su discurso con un llamado a sustituir el gasto en conflictos por iniciativas que fomenten la paz, la sostenibilidad y el desarrollo social.
El discurso completo de Claudia Sheinbaum en Brasil
“Excelentísimo presidente de la República de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; quiero comenzar felicitándolo por su exitosa conducción de los trabajos del G20 y por la iniciativa progresista y justa de la Alianza Global contra el hambre y la pobreza.
Presidentes, primeros ministros.
¿Qué está pasando en nuestro mundo que en tan solo dos años el gasto en armas creció casi el triple que la economía mundial? ¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2.4 billones de dólares? ¿Cómo es que 700 millones de personas en el mundo aún viven por debajo de la línea de pobreza? Resulta absurdo, sinsentido, que haya más gasto en armas que para atender la pobreza o el cambio climático. Reduciríamos la migración, el hambre, si tan solo elevamos la palabra amor por encima del odio, la generosidad de la persona humilde y desposeída, por encima de la avaricia y el deseo de dominación. Me niego a pensar que somos capaces de crear la inteligencia artificial e incapaces de dar la mano al que se quedó atrás.
Vengo a nombre de un pueblo, generoso, solidario y sabio a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir. A forjar la paz, la fraternidad y la igualdad. Llámenos idealistas, pero lo prefiero, a ser conformistas.
Hace apenas seis semanas, tuve el gran honor de convertirme en la primera mujer presidenta de mi país y no llegué sola, llegamos las campesinas, las migrantes, las obreras, las profesionistas, nuestras abuelas, nuestras hijas y nuestras nietas, llegamos todas las mujeres mexicanas. Pertenezco a una generación que luchó contra la represión, el autoritarismo, por la justicia social y la democracia y provengo de un grandioso pueblo que decidió fundar por la vía pacífica, una nueva historia para mi patria.
Desde que inició nuestro proyecto político en el año 2018, México está construyendo un nuevo rumbo, que tiene sus cimientos en nuestra memoria, la de los pueblos originarios que forjaron civilizaciones gloriosas mucho antes de la invasión española y a la fecunda historia política de un pueblo con héroes y heroínas extraordinarios, que forjaron un país libre, independiente y soberano. A nuestro pensamiento le llamamos el humanismo mexicano y a nuestro modelo, la economía moral. Quedó atrás el dogma de fe neoliberal, de que el mercado resolvía todo.
Quedó demostrado que era absurda la teoría de que regando arriba gotearía abajo, superamos todos los días la etapa de la oprobiosa corrupción y hemos logrado separar el poder económico, del poder político. Quedó en el pasado el desprecio por el pueblo y hoy se edifica con democracia e igualdad, una nueva era, que tiene como base la máxima de la prosperidad compartida o dicho de forma llana: por el bien de todos, primero los pobres.
Gracias a ello, México es de los países de la OCDE menos endeudados, con menor tasa de desempleo, el salario mínimo aumentó a más del doble en 6 años, se fortalece la educación y la salud pública como derechos y el 80% de las familias recibe un apoyo de manera directa. Estamos en el récord histórico de inversión extranjera directa y reservas del Banco de México, se construyen trenes, carreteras, puertos y aeropuertos, la pobreza se redujo en más de 9 millones de personas y disminuyen las desigualdades. Hay democracia, libertades, pluralidad y derecho a disentir, se fortalecen las instituciones de seguridad, de justicia y se construye paz.
Uno de los programas más ambiciosos que hoy quiero proponerles lleva el nombre de “Sembrando Vida”. Consiste en dar a las familias pobres del campo un jornal, capacitación técnica para sembrar árboles maderables y frutales, así como otros cultivos. Nosotros destinamos cada año 1,700 millones de dólares para apoyar a 439 mil familias en México, y 40 mil en Guatemala, Honduras y El Salvador. En 6 años se han reforestado con la siembra de mil cien millones de árboles, más de un millón de hectáreas, lo cual equivale a capturar anualmente 30 millones de toneladas de CO₂.
La propuesta es establecer un fondo para destinar el 1% del gasto militar de nuestros países para llevar a cabo el programa de reforestación más grande de la historia. Significaría liberar unos 24 mil millones de dólares al año (12 veces lo que ya destina México) para apoyar a 6 millones de sembradores de árboles que reforestarían 15 millones de hectáreas, algo así como 4 veces la superficie de Dinamarca, toda la de Guatemala, Belice y el Salvador juntos, o 30% la de Suecia.
Con ello, ayudaríamos a mitigar el calentamiento global y restauraríamos el tejido social ayudando a las comunidades a salir de la pobreza.
La propuesta es dejar de sembrar guerras, sembremos paz y sembremos vida.
Muchas gracias”.