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¿Se podría oponer Bruselas a que Nicaragua presida el SICA?

Nicaragua, a pesar de su historial, quiere presidir el SICA.¿Puede oponerse la UE? Activistas hablaron con DW.Desde la crisis del 2018, se ha producido un importante éxodo migratorio en Nicaragua . De las 7.200 organizaciones del país -universidades, institutos de investigación, agencias de noticias, defensores de derechos humanos-, varios miles han sido ilegalizadas.

El Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo es considerado ilegítimo por numerosos países de la comunidad internacional. No obstante, quiere asumir la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), un órgano regional que vela por la democracia y el desarrollo, que tiene asociaciones internacionales. Y que le daría legitimidad.

"¿Cómo aceptar que un régimen acusado por el Alto Comisionado de Derechos Humanos y por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos designe al próximo secretario general del SICA?”, dice a DW Haydée Castillo, del Foro de Mujeres para la Integración Centroamericana.

Como parte del "Espacio de Diálogo y Confluencia entre Actores Nicaragüenses”, que opera desde el exilio, Haydée Castillo recuerda a los socios europeos del SICA que ese espacio -apoyado con fondos de la Unión Europea (UE) desde su creación con el Protocolo de Tegucigalpa en 1991- no puede estar ocupado por representantes de "un régimen que contradice los objetivos de paz, democracia, desarrollo y libertad”. No obstante, a pesar de que la UE es observadora en ese organismo centroamericano, no tiene ni voz ni voto.

Una red de acuerdos e intereses conjuntos

Haydée Castillo, política y activista nicaragüense de larga trayectoria, integra también plataformas de sociedad civil que dan seguimiento al Acuerdo de Asociación que une, desde el 2012, a seis países centroamericanos con la UE. La integración que fomenta el SICA va de la mano con el espacio regional del acuerdo con los europeos.

Según datos oficiales europeos, para el período 2021-2027 se prevén 50 millones de euros de financiación. Por otro lado, "entre el 2014 y el 2020, la UE invirtió en el SICA 120 millones de euros”, sigue Castillo. "Hay muchísimos programas y proyectos con fondos europeos que llegan al SICA por vía regional, no a través de la relación bilateral”, puntualiza.

Cabe recordar que, a más tardar, a partir de la crisis democrática que detonó en el 2018, la cooperación bilateral de la UE con Nicaragua es casi inexistente y la asistencia humanitaria se hace cada vez más difícil por el cierre del espacio cívico y también por la ilegalización de organizaciones de la sociedad civil. "El Gobierno Ortega-Murillo busca a través del SICA, una legitimidad que ya no tiene en muchos ámbitos", enfatiza Haydée Castillo.

Una relación internacional cada vez más complicada

Efectivamente, "en esta profunda crisis, mayor a partir del 2018, vemos a una Nicaragua cada vez más aislada”, dice a DW, desde Washington, Marcelo Azambuja, responsable regional del Instituto Internacional Raza e Igualdad. "Denunció a la OEA, su participación en la ONU es cada vez más complicada y refuerza su relación con Rusia y, en cuanto a inversión directa, sobre todo con China”, agrega Azambuja.

No obstante, como consta en un reciente estudio de su organización, "entre el Grupo del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Interamericano de Integración Económica y el Fondo Monetario Internacional, desde el 2018, se han aprobado 4.350 millones de dólares de fondos para Nicaragua para 88 proyectos de desarrollo.

¿Cómo se entiende que organizaciones financieras internacionales apoyen a un Estado que, a todas luces, quiere dar la espalda a entidades multilaterales? Marcelo Azambuja responde resaltando dos puntos:

"Por un lado, las instituciones financieras se rigen por la prohibición de actividad política; sus criterios son económicos. Hasta ahora igualan exigencia de cumplimiento en materia de derechos humanos con actividad política. Por otro lado, Nicaragua integra esas instituciones financieras, tiene asiento en las juntas directivas. En una de ellas, como el Banco Centroamericano de Integración Económica es miembro fundador”.

El aspecto de derechos humanos llega lentamente

Como fuere, los datos llevan a replantearse la crisis democrática también desde el impacto económico. "Nosotros abogamos por que las instituciones financieras internacionales no sean cómplices de un régimen responsable de crímenes de lesa humanidad”, subraya Marcelo Azambuja. "Pero, sabemos que, como toda crisis profunda, la de Nicaragua será solucionada, desde dentro y desde fuera, por presión coordinada de distintos actores internacionales”, añade.

En este sentido, Haydée Castillo pide a Bruselas que, para hacer presión sobre Nicaragua, el acuerdo con los países de América Central sea revisado. También que, amparada en su función de observadora y financiadora, la UE haga presión en el SICA para cortarle esa vía de "legitimidad” al Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. (ms)

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