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¿Ejercerá China el liderazgo climático internacional?

La elección de Donald Trump como presidente de EE.UU. hará que ese país abandone la escena climática internacional. ¿Podrá China llenar ese vacío? El gigante mejora ostensiblemente, pero sigue dependiendo del carbón.La COP29, que tiene lugar en Azerbaiyán, entra ya en su fase final. A los países les queda poco tiempo para acordar una declaración final y, por el momento, todas o casi todas las esperanzas están puestas en China, que podría aprovechar la oportunidad y cerrar la brecha en política climática que está surgiendo con la reelección de Donald Trump en Estados Unidos, quien ya expresó su intención de retirar a su país del Acuerdo de París si retornaba a la Casa Blanca.

Como segunda economía del planeta y mayor emisor de gases invernadero, China puede enviar una señal positiva, dicen los negociadores.

Pekín debería ofrecer planes más ambiciosos para la reducción de las emisiones y asumir la responsabilidad del financiamiento climático internacional.

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La principal meta de la COP29 de este año es establecer un nuevo objetivo de financiamiento, cuyos fondos serán destinados a ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático. Destacados economistas estiman que los países más pobres necesitan al menos un billón de dólares para ello.

Los países industrializados son responsables de la mayoría de las emisiones históricas que están calentando la Tierra y, por lo tanto, es razonable que aporten al fondo. Sin embargo, los delegados de Estados Unidos, la Unión Europea y algunos países en desarrollo exigen que los países emergentes ricos, como China o algunos Estados del Golfo Pérsico, también hagan una contribución.

¿Está aportando China?

Desde la perspectiva del ministro de Medio Ambiente de Bangladés, Saber Hossain Chowdhury, los países en vías de desarrollo que emiten muchos gases y son financieramente capaces de contribuir al fondo, deberían hacerlo. "China puede contribuir, otros pueden contribuir, India puede contribuir en cierto modo", estima Chowdhury.


Los representantes de China en la COP29 dejaron muy en claro que participarán en el financiamiento climático siempre que sea de forma voluntaria. Mientras los países industrializados pagan anualmente, en conjunto, 100 mil millones de dólares para el financiamiento climático, China ha aportado, según sus propias cifras, cerca de 24.500 millones de dólares desde 2016.

Pero también es cierto que Pekín ha invertido fuertemente en energía solar y eólica, así como en movilidad eléctrica. Adonia Ayebare, presidenta del grupo de países en desarrollo G77+China, dice a DW que el gigante asiático "ya hace una contribución, es parte del G77. También tienen los mayores paneles solares del mundo. Los producen y nosotros los compramos".

También Niklas Höhne, experto en política climática del think tank NewClimate Institute, piensa parecido. Aunque China no contribuya al financiamiento climático de forma oficial, el país lo hace de facto. "Financian muchos proyectos fuera de China; en la actualidad, son unos 3 mil millones de dólares al año", sostiene.

La política climática china: un panorama contradictorio

Otra razón importante para la presión que se ejerce sobre China para que muestre liderazgo y establezca nuevos objetivos de emisiones es el papel central que desempeña el país en la emisión de gases, estima Niklas Höhne. "China es responsable de un cuarto de todas las emisiones. Si estas disminuyen, entonces las emisiones globales comenzarán a bajar".

Actualmente, China produce el doble de emisiones que Estados Unidos, el segundo mayor contaminador, y es responsable a la vez del 90 por ciento del aumento mundial del CO2 desde 2015.


La República Popular también es líder en otro ámbito: el de las inversiones en electricidad verde. En 2023, China dedicó 273 mil millones de dólares a energía limpia, seguida de Europa, que gastó cerca de la mitad de esa cifra. Además, un tercio de la inversión mundial en energías renovables proviene de China, que a la vez aumentó su capacidad eólica un 66 por ciento el año pasado.

Pese a todo, en el Índice de Desempeño del Cambio Climático, China sólo ocupa el puesto 55 entre los 67 países evaluados según sus progresos en la acción climática. Esto, porque pese a sus notorios avances, el país carece de objetivos climáticos suficientes y sigue dependiendo, en gran medida, de los combustibles fósiles. De hecho, la mayor parte de la producción energética China la consigue quemando carbón.

Para mantener el calentamiento global por debajo del umbral de los 1,5 grados Celsius, el mundo debe reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, dice Niklas Höhne. "Por eso, todos esperan que China proponga un objetivo para una reducción significativa de las emisiones. Y puede hacerlo, porque está expandiendo la energía renovable muy, muy rápido".

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(dzc/ms)

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