El gigante México se encuentra inmerso en una marea verde: dos nuevos estados legalizaron esta semana el aborto. Pero América Latina es también el continente con mayor número de países donde esta práctica está prohibida.Cada año tienen lugar cerca de 73 millones de abortos en todo el mundo. El 61% de los embarazos no deseados (y, en conjunto, el 29% del total de embarazos) se interrumpen voluntariamente, según cifras actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Asimismo, y también según números oficiales de esta institución, el 97% de los abortos peligrosos se practican en países en desarrollo. La mayoría de los abortos practicados en América Latina (aproximadamente tres de cada cuatro) son calificados de peligrosos.
Y esto es así porque "cuando una mujer que está embarazada sin haberlo deseado encuentra obstáculos para que se le presten servicios de atención al aborto oportunos, seguros, asequibles, de calidad, respetuosos, no discriminatorios y a una distancia razonable, se expone a riesgos si decide abortar", explica la OMS.
Con todo, la situación en el continente es dispar. "A nivel regional tenemos un mosaico de regulaciones y prohibiciones frente al aborto”, sostiene Rebeca Ramos, directora de GIRE -Grupo de Información en Reproducción Elegida-, en diálogo con DW.
"Desde casos como El Salvador, en donde está prohibido absolutamente, a países como Colombia, donde está legalizado hasta la semana 24”, detalla la experta.
El caso de Centroamérica
Y en este sentido: "La región de América Latina, específicamente Centroamérica, tiene el mayor número de países que penalizan de forma absoluta el aborto: Nicaragua, Honduras, El Salvador, Haití y República Dominicana”, desgrana crítica, en entrevista con DW, Fernanda Díaz de león, subdirectora de Incidencia en Ipas LAC, organización que trabaja para favorecer "el acceso a niñas, mujeres y personas con capacidad de gestar a servicios de aborto y anticoncepción” en Latinoamérica.
La no legalización de la interrupción del embarazo, sin embargo, no implica que esta práctica no tenga lugar. Muy por el contrario: "Las leyes fuertemente restrictivas no eliminan el aborto”, consignan desde el Instituto Guttmacher-. "Más bien, hacen que los abortos que ocurren tengan mayor probabilidad de ser inseguros”, indican desde esta organización líder en materia de investigación y normas sobre salud y derechos sexuales y reproductivos.
Ello resulta claro con las siguientes cifras: "En los países donde el aborto está totalmente prohibido o se permite solamente para salvar la vida de la mujer, tienen lugar 37 abortos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años de edad. Mientras que en los países donde el aborto está disponible sin restricción, tienen lugar 34 abortos por cada 1.000 mujeres” de este grupo etario, sostienen.
"La elevada proporción de embarazos imprevistos que acaban en aborto (incluso en países que han prohibido totalmente esta intervención) ilustra la determinación clara de millones de mujeres y adolescentes de no aceptar un embarazo cuando no lo desean”, analiza el investigador del Instituto Guttmacher Jonathan Bearak.
Marea Verde en México
Con todo, también hay otras tendencias en el continente: "En México hemos avanzado bastante, ya más de la mitad de los estados permiten el aborto en el plazo de 12 semanas”, saluda Ramos.
Con dos nuevos estados que se sumaron esta semana, el Estado de México y Chiapas, ya suman 19 sobre un total de 32 estados en los que el aborto está despenalizado en el país.
"En México, desde hace algunos años se ha iniciado una tendencia hacia un modelo mixto, es decir, tenemos un modelo en el que se despenaliza el aborto en las primeras 12 semanas a solicitud de la mujer y, después de esas 12 semanas, tenemos causales, bajo las cuales las mujeres pueden acceder a servicios de aborto autorizados por la ley”, explica Díaz de león.
"Me aventuraría a decir que muy pronto veremos que todo el país despenaliza el aborto”, pronostica, en tanto, la abogada mexicana experta en derechos reproductivos Melissa Ayala. "Pero es solamente el primer paso, pues lo que sigue es garantizar el servicio”, puntualiza ante DW. "Tenemos que comenzar a visualizarlo como un servicio de salud, y eliminar el estigma que traía considerarlo como un delito”, diferencia.
Balance continental
Así, a nivel continental, el balance es desigual: "Me parece que estamos avanzando, pero por supuesto, los obstáculos frente al avance de este tema no son pocos”, evalúa la directora de GIRE. "Y menos en un continente como el nuestro donde hay una presencia muy importante de grupos antiderechos, algunos laicos y otros asociados a ciertos credos religiosos”, indica.
"Es un escenario de avance y resistencia para sostener lo logrado, con algunos intentos de retroceso”, resume asimismo el panorama regional Diana Cariboni, editora de openDemocracy, consultada por DW.
"Los movimientos de ultraderecha, que conforman un ecosistema junto con los actores conservadores religiosos de siempre, están muy activos en estigmatizar y propagar desinformación sobre el aborto, "reavivar el cuco”, analiza Cariboni.
"Los actores más moderados se desentienden del tema”, dice. "La lucha por el derecho al aborto sigue en manos de las feministas, los movimientos de mujeres, juventudes y personal de salud sensibilizado, junto con algunos otros aliados”, afirma la profesional.
Y lo que está en juego es incluso mucho más: "No hay democracia ni derechos fundamentales en una sociedad donde la mitad de la población no puede decidir sobre su propio cuerpo y la otra mitad, sí”, concluye la experta.
(ers)