La iniciativa Spotlight se creó para acabar con la violencia de género. La tarea aún no está cumplida, pero los resultados son buenos. En su segunda fase, profundizará en prevención, apoyando masculinidades positivas."En El Salvador, lanzamos un chatbot, con inteligencia artificial, para que los jóvenes hablen sobre sus ideas del amor, sobre lo que es y lo que no es amor", cuenta a DW Nuria Peña, responsable de proyectos de la iniciativa Spotlight.
Poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas era el objetivo de Spotlight cuando nació, en 2019. Cinco años después, comenzando su segunda fase, aunque no ha acabado con la violencia de género, la iniciativa de la Unión Europea y Naciones Unidas afirma "saber lo que funciona".
"Spotlight tiene unos parámetros de cambio integral que funcionan. Trabajamos a todos los niveles de la sociedad, desde organizaciones pequeñas a Gobiernos, ministerios, parlamentos”, explica a DW Teresa Benito, gerente de coordinación de fondos de la iniciativa Spotlight.
Resultados cuantificables, cambios profundos
En América Latina y el Caribe, Spotlight ha operado en Haití, México, El Salvador, Honduras, Ecuador, Argentina y República Dominicana. Incluyendo todos los proyectos -también en África, Asia y Pacífico-, en su balance consta que la tasa global por condenas de género se duplicó en 13 países.
Además, los presupuestos nacionales en 13 países se multiplicaron por 13. Unos tres millones de mujeres y niñas han accedido a servicios de asistencia y recuperación. 50 países reforzaron su planes de acción nacionales para eliminar la violencia.
Y unos seis millones de hombres y niños han recibido formación sobre masculinidad positiva, relaciones familiares respetuosas y resolución no violenta de conflictos.
Estereotipos, patriarcado, roles tóxicos
"En las campañas #Amigodatecuenta tratamos de llegar a jóvenes en diversos ámbitos, para cuestionar una masculinidad tóxica. Hay que entender que en América Latina y el Caribe, la violencia en todas sus formas está relacionada con el patriarcado, con una manera de ver el rol de los varones, con algunos estereotipos estancados como, por ejemplo, quién debe encargarse de las tareas del cuidado", ilustra Nuria Peña.
"En Argentina, trabajamos mucho en deconstruir y desnaturalizar el acoso en la calle, que se quiere entender como galantería", agrega. Así mismo, para llegar a un público más amplio, Spotlight ha trabajado, a nivel global, con hombres influencers que, en sus más variadas temáticas, incluyen mensajes cuestionando estereotipos.
"La construcción de 'nuevas masculinidades es parte del trabajo de prevención y`, si bien hay entidades específicas, la deconstrucción de este tipo de comportamientos es desafiante, porque también se tiene que hacer en las fuerzas de seguridad, en la Policía, en los ministerios de Salud", detalla Peña.
"Otro eje innovador de Spotlight lo tuvimos en la provincia de Buenos Aires, donde se generaron servicios específicos para perpetradores de violencia. Ahí apoyamos, financiera y técnicamente, esa política pública", subraya.
Con un actual presupuesto de cien millones de dólares para este año y con el Banco Mundial subido al barco de sus auspiciadores, Spotlight se propone más flexibilidad y más adaptación a lo local.
"En esta fase, serán los países los que decidan lo que más les hace falta. Si en un país se ha avanzado en legislación, el foco debe estar en la implementación en las instituciones", explica Teresa Benito.
Doblar presupuesto e impacto
Con todo, "el problema es tan grande que nunca hay suficientes fondos para tratar la temática. Hemos logrado un programa por país. En América Latina, para cada uno ha habido entre 10 y 15 millones. Dado que atacamos el problema desde todos los ángulos, los resultados se han magnificado. Y el Banco Mundial se ha interesado muchísimo por el modelo Spotlight", sigue Teresa Benito.
Por lo pronto, en la fase dos, el Banco Mundial ha seleccionado seis países -entre ellos Ecuador y Haití-, donde podría apoyar medidas de prevención o servicios contra la violencia en los sectores usualmente financiados por esa institución.
Con este apoyo, ¿dónde espera llegar la iniciativa cuando acabe esta fase? "Esperamos haber doblado nuestro presupuesto a mil millones de dólares y haber multiplicado por dos nuestra presencia y que Spotlight esté activa en 60 países", recalca Teresa Benito.
Como fuere, "estamos conversando con el Banco Mundial. En sus proyectos de infraestructura, con potencial riesgo de violencia sexual, nos interesa colaborar en la creación de guías, también en el empoderamiento económico de las mujeres como medida de prevención", acota Nuria Peña. En la nueva fase, profundizarán en América Latina "en la violencia digital y, en poblaciones indígenas con enfoque multicultural, en nuevas masculinidades", concluye.
(rml)