El pasado 4 de octubre de 2024, el Museo Nacional de Arte (Munal) fue utilizado para celebrar la boda de Martín Alonso Borrego Llorente con Ionut Valcu, funcionario de la Embajada de Rumania en México, quien recientemente renunció a la Coordinación de Contacto con la Ciudadanía de la Semarnat tras darse a conocer el escándalo.
Según la columna “La (no) boda fifí en el Munal” de Claudio Ochoa, publicada en El Universal, Borrego Llorente habría fingido un evento diplomático para justificar el uso del recinto cultural.
El supuesto motivo oficial fue la conmemoración del 89 aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y Rumania. Sin embargo, el evento resultó ser una boda privada, con alrededor de 70 invitados, misa privada y la asistencia de diplomáticos destacados.
Además, los novios incluyeron una mesa de regalos en el Palacio de Hierro y una cuenta bancaria en euros para recibir aportaciones monetarias.
Aquí la invitación que distribuyeron los novios disfrazándola como un evento diplomático para festejar:
Renuncia tras el escándalo
En su carta de renuncia, Borrego Llorente admitió que, aunque el evento fue privado y no utilizó recursos públicos, fue inadecuado haber solicitado el espacio del Munal utilizando un correo institucional y sin la autorización de las autoridades correspondientes.
En su carta de renuncia, el hoy exfuncionario federal menciona que “si bien el evento fue de carácter privado, acorde al protocolo establecido por el Museo y cubierto con recursos naturales, sin dojo ni quebranto alguno al erario, reconozco que fue impropio haber solicitado el espacio a través de un correo institucional, cuando me desempeñaba como su jefe Oficina en la Secretaría de Relaciones Exteriores, con la agravante de haberlo hecho sin su conocimiento”.
La hora secretaria del medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena, aseguró que no fue informada ni aprobó el uso del Munal para dicha celebración, subrayando que ningún recurso de la Cancillería fue destinado para el evento.
El escándalo pone en evidencia la contradicción con los principios de austeridad que promueve el Gobierno Federal, mientras resalta el mal uso de espacios públicos por parte de funcionarios.