Durante el ciclo escolar 2023-2024, el abandono escolar en el nivel medio superior alcanzó una tasa del 8.1 %, equivalente a aproximadamente 430 mil estudiantes, o 117 jóvenes que dejan las aulas diariamente, según cifras presentadas en el foro “La educación media superior en México siglo XXI”, organizado por la Subsecretaría de Educación Media Superior de la SEP.
Araceli Martínez Bordón y Manuel López Pereyra, académicos de la Universidad Iberoamericana, advirtieron que aunque se han logrado avances en cobertura y acceso, persisten desafíos como la desafiliación escolar, derivada de problemas económicos, emocionales y rezagos en el aprendizaje.
Martínez Bordón explicó que los bachilleratos generales concentran más del 60 % de la matrícula, seguidos por los tecnológicos con el 37 %, mientras que el profesional técnico representa una minoría. Sin embargo, cuestionó si los estudiantes que permanecen realmente adquieren aprendizajes significativos.
Pérdida de aprendizaje
En 2021, la Ibero realizó una evaluación que reveló una pérdida de 72 puntos en lenguaje y comunicación y de 51 puntos en matemáticas entre estudiantes que cursaron durante la pandemia, en comparación con quienes lo hicieron en 2018.
Araceli Martínez Bordón señaló que las becas han sido útiles para mitigar la deserción motivada por problemas económicos, pero no suficientes para resolver el problema. Destacó que casi el 60 % del personal docente en educación media superior trabaja por horas en dos o tres planteles distintos, lo que complica garantizar calidad educativa. Durante la pandemia, algunos docentes atendieron hasta 9 grupos de 45 estudiantes cada uno, lo que evidenció las limitaciones del sistema.
Entre las propuestas de mejora, Martínez Bordón subrayó la necesidad de establecer estándares mínimos de calidad, fortalecer la educación dual vinculada al sector laboral y ofrecer acompañamiento integral en lo académico y socioemocional, apoyando a los estudiantes mediante tutorías personalizadas.
Rediseñar modelo educativo
Por su parte, Manuel López Pereyra señaló que la educación media superior debe considerarse una prioridad nacional, pues representa una etapa crucial en la formación de adolescentes. Propuso transformar los procesos de enseñanza-aprendizaje para convertir este nivel educativo en un motor de equidad y movilidad social, que no solo forme en competencias académicas, sino que también dote a los jóvenes de herramientas para enfrentar los retos de la vida adulta.
Ambos especialistas coincidieron en la urgencia de atender el abandono escolar y rediseñar el modelo educativo para garantizar que la media superior sea un espacio inclusivo, formativo y de desarrollo integral.