Pese a la polémica por la contratación del sonidero Polymarchs para el concierto de fin de año en Paseo de la Reforma, la diputada de Morena Elizabeth Mateos propuso considerar una ampliación presupuestal para la Secretaría de Cultura y la alcaldía Iztacalco, que permita la participación de sonideros en fiestas patronales, y así promover su integración plena a la vida cultural.
Ante el pleno del Congreso de la Ciudad de México, la legisladora solicitó a las Comisiones Unidas de Presupuesto y Cuenta Pública y de Hacienda, asegurar las condiciones adecuadas para desarrollar sus actividades y promover su integración plena a la vida cultural, pues aseguró que “los sonideros representan una expresión artística que ha tejido lazos comunitarios y ha enriquecido nuestra identidad colectiva”.
Indicó que en México los sonideros no son sólo un espectáculo musical, sino un fenómeno social, un espacio de encuentro y una forma de expresión para las comunidades. “Los sonideros nacieron del esfuerzo de hombres y mujeres que, desde las colonias populares, encontraron en la música no sólo una manera de ganarse la vida, sino también de transmitir alegría, de crear identidad y de construir tejidos sociales”.
Estimó que en la Ciudad de México hay más de 10 mil sonideros activos, que con sus eventos generan empleo, fomentan el turismo local y fortalecen el tejido social; y que su influencia se ve en comunidades de migrantes mexicanos en Estados Unidos, donde los sonideros se han convertido en un puente entre quienes viven lejos de su tierra natal y sus raíces culturales.
Señaló que entre los desafíos que enfrentan los sonideros están la discriminación y estigmatización derivadas de percepciones erróneas, que asocian sus actividades con desorden público y actos de violencia.
“Los sonideros, a menudo originarios de barrios populares, enfrentan obstáculos que limitan su derecho al ejercicio pleno de sus actividades culturales. La falta de espacios adecuados, restricciones normativas y la percepción negativa en ciertos sectores de la sociedad son barreras que deben ser superadas para garantizar la preservación y desarrollo de esta expresión cultural”.
— Elizabeth Mateos
Elizabeth Mateos expuso que según datos de la Secretaría de Cultura, los eventos culturales comunitarios, como los sonideros, pueden reducir hasta en un 20 por ciento los índices de violencia en las zonas donde se realizan de manera constante, lo que demuestra su impacto positivo en la construcción de entornos más seguros y armoniosos.
Recordó que para erradicar los prejuicios hacia esta tradición, el gobierno capitalino reconoció a los sonideros como Patrimonio Cultural Inmaterial en octubre del año pasado, a fin de consolidar su importancia como expresión artística y social que enriquece la identidad colectiva.
“La cultura es un derecho de todas y todos, y los sonideros son una manifestación viva de nuestra riqueza cultural. Defendámoslos, apoyémoslos y celebremos juntos la diversidad que nos define. Como alguien que ha trabajado de cerca con ellos, puedo decir con orgullo que los sonideros son el corazón de nuestras calles y el alma de nuestras fiestas”, concluyó.