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El gas ruso dejará de fluir por gasoductos ucranianos

Hasta el comienzo de la guerra en Ucrania, Rusia era el mayor exportador de gas natural del mundo y Europa, su cliente más importante. DW

Ucrania no prorroga el acuerdo sobre el paso del gas con Moscú. ¿Significa esto que Kiev todavía suministra gas ruso a Europa en el tercer año de guerra? Desde luego que sí. Pero, ¿qué implica el fin de este acuerdo?El gas sigue fluyendo de Rusia a la UE a través de la red de gasoductos ucranianos. Moscú gana dinero con ello y quiere demostrar a la UE: "¡Sin Rusia, nada funciona para ustedes!". Para Ucrania, este acuerdo sobre el gas significa que el agresor Moscú, que lleva casi tres años haciendo la guerra al país e intentando conquistarlo, debe seguir transfiriendo dinero a Kiev.

Sin embargo, Ucrania no prorrogará el contrato de tránsito del gas ruso por su territorio, que expira el 31 de diciembre, según anunció el Presidente Volodimir Zelenski en Bruselas el 19 de diciembre. Ucrania no permitirá que Moscú "gane miles de millones adicionales" mientras prosigue su agresión contra Ucrania. El Presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó el fin del contrato y expresó su confianza en que la empresa estatal rusa Gazprom será capaz de hacer frente a la pérdida. "Este contrato ya no existirá. Todo está claro", declaró Putin, y añadió: "Sobreviviremos, Gazprom sobrevivirá”.

Es dudoso cómo evolucionará la situación del suministro de gas en los países del este de la UE, que no tienen costas y, por tanto, no pueden importar gas natural licuado por mar. Austria, Hungría y Eslovaquia siguen recibiendo gas ruso de Ucrania. Y los gobiernos de Bratislava y Budapest, en particular, quieren seguir comprando gas ruso.

Una larga historia

Hasta el comienzo de la guerra en Ucrania, Rusia era el mayor exportador de gas natural del mundo y Europa, su cliente más importante. Para los gobiernos del continente, el acceso a energía barata pesaba más que cualquier preocupación por hacer negocios con el Presidente Vladimir Putin.

Más de medio siglo antes, la Unión Soviética necesitaba urgentemente dinero y equipos para explotar sus yacimientos de gas en Siberia. Al mismo tiempo, la República Federal de Alemania necesitaba energía barata para su creciente economía. En 1970, Moscú y Bonn firmaron el "gran contrato para tuberías de gas natural", por el que las fábricas alemanas suministraban miles de kilómetros de tuberías para transportar el gas ruso a Europa Occidental.

Esta interdependencia en el mercado energético se mantiene hasta hoy, ya que los importadores europeos suelen estar atados a contratos a largo plazo de los que no pueden salir fácilmente. El cambio también resulta caro porque los suministros de gas disponibles en el mercado mundial seguirán siendo escasos durante al menos un año más, según el medio estadounidense Bloomberg: una gran parte del gas disponible para importar a Europa sigue siendo utilizado por países que han cerrado sus centrales de carbón y nucleares en los últimos años.

Austria, Eslovaquia y Hungría figuran entre los mayores consumidores. España, Francia, Bélgica y los Países Bajos también siguen importando gas natural licuado ruso en buques cisterna. Parte de este gas se mezcla con otras fuentes en la red europea de gasoductos. Como consecuencia, también puede llegar a Alemania, a pesar de que este país quiere prescindir del gas ruso.

Gas caro

Los precios de la energía subieron en 2022, incluso hasta más de 20 veces, según el think tank Bruegel. Algunas fábricas europeas tuvieron que reducir su producción y muchas pequeñas empresas incluso tuvieron que cerrar. Los precios han vuelto a bajar desde entonces, pero siguen por encima de su nivel anterior a la crisis, lo que resta competitividad a las industrias europeas más consumidoras de energía, especialmente las alemanas.

El encarecimiento de la energía es una de las razones por las que empresas como VW y BASF tienen problemas. Los hogares afectados por el aumento de la factura energética han encontrado formas de reducir su consumo. Para muchos, sin embargo, los costes adicionales son una carga real. Según la Comisión Europea, casi el once por ciento de los ciudadanos de la UE no pudieron calentar adecuadamente sus hogares en 2023.

La compostura de Bruselas

Los responsables de la Unión Europea no parecen irritados. La rescisión del acuerdo entre Ucrania y Rusia ya se ha tenido en cuenta en los mercados europeos del gas, según un análisis del Ejecutivo comunitario que pretendía tranquilizar a los Estados miembros y a los mercados. La Unión podrá encontrar fuentes alternativas de suministro.

La UE sostiene desde hace tiempo que los Estados miembros que aún importan gas ruso por la ruta ucraniana -sobre todo Austria y Eslovaquia- pueden arreglárselas sin estos suministros. Por ello, la Comisión no entablará negociaciones para mantener abierta la ruta.

Después de todo, según la Comisión, los Estados miembros han podido reducir su demanda de gas en un 18% desde agosto de 2022 en comparación con la media de los últimos cinco años. EE.UU. crearía nueva capacidad de GNL en los próximos dos años y estos suministros podrían ayudar a la UE a hacer frente a cualquier interrupción. "El escenario más realista es que no fluya más gas ruso a través de Ucrania", afirma la evaluación. La UE está "bien preparada" para ello.

(md/ers)

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