Las mujeres están tomando el volante del Metrobús de la Ciudad de México y muestra de ello son las operaciones que registra la Línea 1 del Metrobús que va de El Caminero a Indios Verdes (Corredor Insurgentes), que opera Grupo CISA con tres conductoras que regularmente inician labores a las cinco de la mañana con autobuses de 15 metros de largo.
Mario Nieto, director adjunto de Servicios Operativos de Grupo CISA, explicó que la implementación de conductoras en la Línea 1 del Metrobús involucra la profesionalización y un estándar de calidad que cada vez es mucho más elevado a comparación con el esquema ‘hombre-camión’, en el cual ahora entran cada vez más mujeres a la conducción.
Indicó que la transición del cambio de conductores a conductoras es lenta, pero constante –sin pausas– donde ahora nuevos valores, como el cuidado de los pasajeros y de las unidades rigen la forma de conducir autobuses de entre 12 y 15 metros de largo, con al menos dos articulaciones, y capacidad para 100 a 130 pasajeros en el Corredor Insurgentes.
“Esta nueva conciencia de desempeño toca ahora a las mujeres, cuya sensibilidad y optimismo llama la atención de empresas con un alto estándar de desempeño, que cada vez en mayor medida las contratan para la operación”, comentó.
“Esta forma de concebir la operación del transporte público está cambiando la forma tradicional del manejo de unidades de grandes dimensiones, con la inserción de mujeres conductoras que ahora buscan tanto empresas urbanas, como de carga”.
— Esmeralda de la Cruz
Y es que, en la actualidad, 36 mujeres se desempeñan como operadoras en las 22 empresas que integran Grupo CISA, de las cuales tres laboran en la Línea 1 del Metrobús, una de las cuales es Esmeralda de la Cruz Escobar, de 31 años de edad, madre de familia, cuyo nivel de profesionalismo la ha llevado a tener una hoja de servicio sin accidentes ni descomposturas.
Esmeralda de la Cruz señaló que atribuye el récord de ‘cero siniestros viales’ en el Corredor Insurgentes debido a que su compromiso con los usuarios es equiparable al que tiene con su familia, pues expresó que “si yo soy descuidada y también ellos, pues a dónde vamos a parar, entonces trato de pensar que llevo a mi familia para no tener ningún percance”.
“Yo siempre los trato (usuarios del Metrobús) como si tuviera a mi familia, tanto arriba como abajo, porque uno no sabe las personas de afuera en qué situación están, entonces uno cuando tiene problemas o está en una situación difícil, pues lo que hace es caminar y pues son muy descuidados”, dijo.
En entrevista Esmeralda de la Cruz contó que su experiencia como conductora inició hace cinco años (2019) en el Mexibús, del Estado de México, donde tuvo la oportunidad de aprender a manejar vehículos articulados de más de 10 metros de largo y tramitar una licencia de conducir tipo B.
Posteriormente una compañera suya le dio a conocer que estaban solicitando mujeres operadoras para el Metrobús, y a pesar de que sus compañeros le habían dicho que se trataba de unidades más grandes, con doble articulación y una dificultad mayor para moverlas, aceptó el reto de trabajar en el Corredor Insurgentes.
“Pues ya tenía la experiencia y rápido me aceptaron, cuando entré yo dije, la reversa se me dificulta un poco porque traes muy arraigado el articulado (...) entonces aquí es muy diferente, me estresé los primeros dos días, pero al tercero, ya. Desde ahí acabó la capacitación y pues entré a trabajar ya bien”.
— Esmeralda de la Cruz
A pesar de que Esmeralda de la Cruz inicia su labor en la Línea 1 del Metrobús a las 05:00 horas, también se encarga de la educación de su hijo adolescente y tiene como sueño independizarse para luego conducir un tráiler.
En este contexto, la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) mantiene contacto con instituciones como la Asociación de Mujeres Operadoras (AMO), que encabeza Paola Moncada, cuya sede se encuentra en Tijuana, Baja California, para el intercambio de experiencias y asesoría en el adecuado perfil de las conductoras.
