Las figuras de Nostradamus y Baba Vanga, dos de los videntes más conocidos de la historia, continúan siendo objeto de estudio y debate. Ambas dejaron una serie de predicciones enigmáticas que han sido interpretadas de diversas maneras a lo largo del tiempo.
Aunque sus visiones se basan en un lenguaje críptico, hay ciertas profecías que se destacan especialmente para el año 2025, relacionadas con conflictos globales, avances científicos y desastres naturales. Aquí te contamos las tres más relevantes.
Nostradamus: Predicciones para 2025
- ¿Tercera Guerra Mundial?
Nostradamus previó grandes tensiones y enfrentamientos entre potencias mundiales. Se cree que para 2025, podríamos ver un aumento de guerras y disputas en regiones como el Mar de China Meridional y las tensiones sobre Taiwán, con Estados Unidos, China y Rusia como actores clave.
- Avances tecnológicos y la IA
El astrólogo francés anticipó el crecimiento de la inteligencia artificial y las máquinas que reemplazarán a los humanos en diversos sectores. Para 2025, podríamos estar ante una transformación tecnológica que impactará la economía y el empleo.
- Desastres naturales
En sus cuartetas, Nostradamus habla de terremotos, inundaciones y tormentas extremas, que algunos interpretan como consecuencias del cambio climático y la creciente vulnerabilidad de las grandes ciudades ante desastres naturales.
Baba Vanga: Predicciones para 2025
- Colonización de Marte
Baba Vanga vaticinó que la humanidad comenzaría a colonizar Marte en la próxima década. Con los planes de SpaceX y NASA para misiones tripuladas, esta profecía podría acercarse a la realidad en 2025.
- Avances médicos
La vidente búlgaro predijo que para 2025 se lograrían curas para enfermedades incurables. Con el avance de la medicina genética y las terapias innovadoras, esta visión podría materializarse en tratamientos para cánceres y otras enfermedades previamente intratables.
- Cataclismos naturales en Asia
Baba Vanga también anticipó una crisis en Asia, posiblemente vinculada a desastres naturales como terremotos y tsunamis, así como tensiones geopolíticas crecientes, especialmente en torno a China y Taiwán.