¿Qué impacto tendrá la toma de posesión del próximo presidente estadounidense, Donald Trump, en la delicada situación política en Venezuela?Para los venezolanos dentro y fuera del país ha comenzado una cuenta regresiva hasta el diez de enero de 2025, cuando tendrá lugar la juramentación del presidente que dictará el rumbo del país en los próximos seis años.
Si bien la fecha se conoce desde hace meses, una interrogante mayor tensa la cita oficial: ¿quién asumirá finalmente el poder en Caracas? ¿El actual presidente Nicolás Maduro, vencedor oficial de las controvertidas elecciones, o Edmundo González Urrutia, considerado presidente electo "legítimo" por la oposición venezolana, Estados Unidos y varios países latinoamericanos?
Ambos han prometido tomar posesión como mandatarios. A esta delicada situación se sumará, en enero, otro factor político de peso: la investidura del presidente electo estadounidense, Donald Trump, el día 20.
Silencio de Trump
Laura Cristina Dib, directora del Programa para Venezuela de la organización de derechos humanos estadounidense WOLA, destaca la incertidumbre en torno a la postura que Donald Trump adoptará frente a Caracas.
"Se ha referido a Venezuela como una dictadura, pero no ha habido mayor análisis ni pronunciamientos en torno a la jornada electoral del 28 de julio y la toma de posesión del diez de enero. En ese sentido, el silencio también dice mucho, porque Trump podría estar dejando la puerta abierta para una aproximación que le permita llegar a acuerdos con Maduro, ilegítimamente en el poder", dice Dib a DW.
Asimismo, la experta de WOLA recuerda que, tras la victoria electoral del republicano, Maduro lo felicitó públicamente y habló de un nuevo comienzo para las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela.
Errores del pasado
Durante su primer mandato (2017-2021), "Donald Trump se dejó convencer de que tumbar a Maduro a través de la llamada 'máxima presión' era una tarea fácil que le daría una victoria rápida en política exterior. Pero no fue así, y no creo que vaya a invertir mucha energía en un intento parecido esta vez", observa, por su parte, Phillip Gunson, analista sénior del International Crisis Group para la región andina.
No obstante, prosigue, "el nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado apunta en la dirección contraria, puesto que es enemigo declarado de Maduro y un exponente de la línea dura".
De ahí que Gunson crea que, al menos en los primeros meses, Washington endurecerá su política hacia Maduro.
"Sin embargo, hay otros miembros del equipo de política exterior que son más proclives a un entendimiento con Caracas basado en migración y petróleo, no en democracia y derechos humanos. A la larga, pienso que -si el gobierno de Maduro sigue resistiendo a la presión internacional- Trump optará por un arreglo transaccional en vez de insistir en sacarlo del poder", apunta el especialista en Venezuela del International Crisis Group, en entrevista con DW.
Mano dura y pragmatismo
A juicio del Dr. Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de la Universidad de Rice, la futura postura de Washington con respecto a Caracas "depende, en parte, de lo que pase en Venezuela en los próximos días. Si hay mayor represión, si meten presos a líderes de la oposición, si hay violencia, todo eso puede hacer mucho más plausible que Estados Unidos tome una posición más agresiva contra Maduro".
Si bien el politólogo Monaldi duda que el próximo presidente estadounidense reconozca a Maduro como su homólogo, tampoco descarta por completo que, en un futuro, Washington adopte una postura más pragmática respecto al líder chavista.
El nombramiento de Richard Grenell como enviado especial para Venezuela apunta, por ejemplo, en esa dirección, ya que éste es conocido por su postura transaccional, señala el académico en entrevista con DW.
Monaldi tampoco cree que "la Administración Trump tenga apetito para copiar el modelo de lo que pasó con el Gobierno interino del líder opositor Juan Guaidó, es decir, que haya una especie de gobierno paralelo en el exilio. Se van a cuidar de no repetir ese modelo, Trump claramente ha dicho que eso fue un error".
Acceso al petróleo
Por su parte, el Dr. Charles G. Ripley III, de la Universidad del Estado de Arizona, está convencido de que el próximo Gobierno en Washington "intentará abiertamente trabajar con el Gobierno venezolano", puesto que busca acceder a las reservas sudamericanas de petróleo.
Sin embargo, el politólogo recuerda a DW que, en el pasado, Estados Unidos "patrocinó varios golpes de Estado fallidos. La empresa militar privada Silvercorp USA, por ejemplo, fracasó estrepitosamente con exmilitares venezolanos en la Operación Gedeón". Según el experto, "la Administración entrante seguirá apoyando los esfuerzos clandestinos para derrocar a Maduro".
En opinión de Laura Dib, de WOLA, habrá que ver si González Urrutia será recibido por algún integrante de la futura Administración Trump en su actual visita a Estados Unidos.
(ers)