De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), el fentanilo es una sustancia sumamente peligrosa: es cien veces más potente que la morfina y 50 veces más fuerte que la heroína, además que ocasiona severas afectaciones en la salud de quienes lo consumen.
El fentanilo pertenece a un grupo de opioides sintéticos con efecto narcótico similar a la morfina, tiene alto potencial adictivo y aunque produce un menor efecto eufórico que la heroína, el riesgo de sobredosis es más elevado.
En el ámbito médico se emplea en el manejo de dolores crónicos intensos o disruptivos; así como anestésico, en procedimientos quirúrgicos.
Cinco afectaciones que el fentanilo ocasiona a tu cuerpo
- Depresión respiratoria, que puede conducir a la muerte
- Anemia, edema periférico. (hinchazón causada por el exceso de líquido atrapado en los tejidos del cuerpo.)
- Posible paro cardíaco o reacción anafiláctica grave.
- Desnutrición, pérdida de peso.
- Sedación crónica, apatía.
Los efectos inmediatos por el consumo de fentanilo son: euforia, confusión, depresión respiratoria, somnolencia, mareos, fatiga, dolor de cabeza, náuseas, estreñimiento, perturbaciones visuales, discinesia (movimientos musculares involuntarios e incontrolados), alucinaciones, delirio, rigidez muscular, pérdida de la consciencia.
¿Qué hacer si se tienen problemas de consumo?
Acudir con un especialista o llamar a la Línea de la Vida en Facebook: Línea De La Vida, Twitter: @LineaDe_LaVida, Instagram: @LineaDe_LaVida y correo electrónico: lalineadelavida@salud.gob.mx.
Seguir tratamientos farmacológicos, estos se aplican bajo vigilancia médica y consisten en sustitución con Metadona, sustancia agonista de acción lenta que ayuda a evitar los síntomas del síndrome de abstinencia.
Buprenorfina.- Agonista parcial que alivia el “craving”, sin producir efectos psicoactivos.
Naltrexona.- Antagonista que bloquea la acción de los opioides e interfiere con los efectos de recompensa que causan los opioides.
Naloxona.- Antagonista parcial que es indicado en casos de sobredosis por el uso de opioides.
Y también existen tratamientos no farmacológicos: Terapia cognitivo-conductual, intervenciones motivacionales, manejo de contingencias o incentivos motivacionales, intervenciones familiares, así como reducción de riesgos y daños.