La esperada inauguración de Donald Trump como el 47.º presidente de los Estados Unidos, que tendrá lugar el próximo lunes, estará marcada no solo por su relevancia política, sino también por condiciones climáticas extremas. Según los pronósticos meteorológicos, se espera que Washington D.C. experimente temperaturas gélidas, con una alta probabilidad de nieve el domingo previo al evento.
Este escenario convierte la ceremonia del lunes en la inauguración presidencial más fría desde 1985, cuando Ronald Reagan asumió el cargo por segunda vez bajo un clima igualmente helado. En aquella ocasión, las temperaturas descendieron por debajo de los -13 °C, obligando a trasladar la ceremonia al interior del Capitolio.
Aunque se prevé que las condiciones climáticas no alteren los planes de la ceremonia al aire libre, los asistentes deberán estar preparados para el frío extremo. Las autoridades locales ya han emitido recomendaciones para quienes planean presenciar el evento, sugiriendo el uso de ropa térmica, guantes y bufandas, y destacando la importancia de mantenerse hidratados, a pesar de las bajas temperaturas.
Donald Trump asumirá el cargo en medio de un contexto polarizado, pero también con grandes expectativas de sus seguidores, quienes han prometido una masiva asistencia a la ceremonia. Mientras tanto, la atención internacional estará puesta en el Capitolio, no solo por el simbolismo político, sino también por la resistencia del público a las adversidades meteorológicas.
Con estas condiciones, la inauguración de Donald Trump no solo quedará registrada en la historia política de Estados Unidos, sino también en los libros de récords meteorológicos.
