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China planea construir gigantesca central eléctrica solar en el espacio

El cohete Long March-9, capaz de transportar 150 toneladas, será clave para construir la primera central solar orbital. En la imagen, el Tianzhou-8 despega en el Long March-7 Y9 desde Wenchang, China, en noviembre de 2024. DW

Un panel solar de un kilómetro de ancho flotando a 36.000 km. sobre la Tierra, donde la luz solar es 10 veces más intensa que en la superficie. Así es el proyecto con el que China pretende revolucionar la energía limpia.China ha revelado un ambicioso proyecto espacial que podría revolucionar la manera en que obtenemos energía: una gigantesca central eléctrica solar orbital que promete generar tanta energía en un año como todo el petróleo que puede extraerse de la Tierra, según declaró Long Lehao, diseñador jefe de los cohetes chinos Long March y miembro de la Academia China de Ingeniería, durante una conferencia de la Academia China de Ciencias, según reporta el South China Morning Post.

Un proyecto comparable a la presa de las Tres Gargantas

El proyecto, que ha sido comparado en magnitud con la legendaria presa de las Tres Gargantas, pretende colocar un conjunto solar de un kilómetro de ancho a 36.000 kilómetros sobre la superficie terrestre, en órbita geoestacionaria. La comparación no es casual: la presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo en el río Yangtsé, en China, genera actualmente 100.000 millones de kilovatios-hora de electricidad al año, según datos reportados por Live Science.

De hecho, un científico de la NASA estima que, si la inmensa masa de agua de esta presa se llenara por completo, la rotación de la Tierra se ralentizaría en 0,06 microsegundos.

¿Por qué construir paneles solares en el espacio?

La respuesta es simple: eficiencia. En el espacio, la luz solar es 10 veces más intensa que en la superficie terrestre, y no hay que preocuparse por días nublados o ciclos día-noche. Los paneles podrían recoger energía constantemente y enviarla a la Tierra de forma inalámbrica mediante ondas de radio de alta energía hacia receptores terrestres.

El proyecto es tan ambicioso que Long Lehao llegó a afirmar en una conferencia que "la energía recogida en un año equivaldría a la cantidad total de petróleo que puede extraerse de la Tierra".

"Es tan significativo como trasladar la presa de las Tres Gargantas a una órbita geoestacionaria a 36.000 km (22.370 millas) sobre la Tierra", agregó Long en una conferencia, según South China Morning Post.

Aunque el concepto no es nuevo, su implementación a gran escala presenta desafíos técnicos y logísticos.

El cohete que hará posible el proyecto: el Long March-9

Para hacer realidad este sueño, China está desarrollando el cohete Long March-9 (CZ-9), un gigante reutilizable con capacidad para levantar al menos 150 toneladas. Este cohete no solo será crucial para la construcción de la central solar, la que requerirá múltiples lanzamientos, sino también para los planes chinos de establecer una base de investigación lunar para 2035.

China ya ha comenzado a dar pasos concretos: de acuerdo con Interesting Engineering, en junio de 2021 inició la construcción de su primera estación experimental de energía solar espacial en Bishan, y en noviembre de 2023, investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de Xian presentaron resultados prometedores del "Proyecto Persiguiendo al Sol", el primer sistema completo de verificación en tierra para energía solar espacial.

Sin embargo, China no está sola en esta carrera espacial energética. Islandia, en colaboración con la empresa británica Space Solar, planea crear un conjunto solar más modesto para 2030, capaz de abastecer entre 1.500 y 3.000 hogares. También están en la carrera empresas estadounidenses como Lockheed Martin y Northrop Grumman, la Agencia Espacial Europea y la agencia espacial japonesa JAXA, que planea lanzar un satélite de prueba este año, según Live Science.

Transmisión energía inalámbrica: desafíos y perspectivas futuras

Aunque las metas son ambiciosas, el camino está lleno de desafíos técnicos. El principal: transferir grandes cantidades de energía desde el espacio sigue siendo una tarea pendiente. Los avances más recientes, como el experimento realizado en 2023 por Caltech, solo han logrado transmitir energía de forma inalámbrica a escala de milivatios, una cantidad minúscula comparada con la que China pretende enviar desde su futura central orbital.

China aún no ha anunciado una fecha exacta para completar su central solar orbital, pero el impacto potencial es indiscutible. Si logra superar los retos técnicos, este proyecto podría marcar un antes y un después en la forma en que el mundo accede a la energía limpia.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de South China Moring Post, Live Science, IFL Science e Interesting Engineering.

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