Los enfermeros portugueses tienen títulos universitarios y están muy bien formados, pero ganan poco en su país. Muchos se van al extranjero, donde hay mucho interés por su labor, como en Gran Bretaña, Suiza o Alemania.António Amaral no sabe si estar contento o enfadado: dirige la mayor y, en su opinión, mejor escuela de enfermería de Portugal, en Coímbra. Muchos de sus alumnos no consiguen trabajo tras obtener el título y se ven obligados a emigrar: "El sistema sanitario portugués ofrece muy pocos puestos de trabajo para enfermeros y les paga muy mal. Por eso emigran, y hay (países) muy interesados por su buena formación. ¡Nosotros invertimos y otros se benefician!", lamenta Amaral.
Una "fuga de cerebros” que le cuesta mucho dinero al país y que, en realidad, debería evitarse. Según datos de la Cámara de Enfermería de Portugal, uno de cada cuatro enfermeros con formación ha solicitado los documentos necesarios para trabajar en el extranjero.
Salarios bajos, pese a las altas cualificaciones
A diferencia de muchos otros países, en Portugal la enfermería es una carrera universitaria de cuatro años de formación: dos de formación práctica y dos de especialización. Después, existe la oportunidad de asistir a un curso de doctorado.
Pero los salarios son bajos y las condiciones de trabajo, en su mayoría, deficientes. "¿Cómo voy a poder pagar un apartamento y vivir con 1.300 euros al mes?", se pregunta Francisca Lopes, estudiante de enfermería.
Quizás eso sea posible en algún lugar de provincias, pero allí casi no hay puestos de trabajo. Y aunque en las grandes ciudades hay más empleos, los alquileres son inasequibles. "Estoy pensando en ir al extranjero. A Inglaterra, Suiza o España, tal vez incluso a Alemania", dice.
Mejores perspectivas en el extranjero
Valter Amorim, de la Cámara de Enfermería, calcula que los enfermeros portugueses ganan al menos el doble en el extranjero. Se suelen ir a Suiza, Alemania y Escandinavia, países muy interesados en ellos por su buen nivel de formación y su alto nivel de competencia profesional.
"En el extranjero no sólo se obtienen salarios mucho más altos, sino también mejores condiciones de trabajo. Los enfermeros y auxiliares ven mejores perspectivas de futuro y se sienten más valorados", afirma Amorim. No es de extrañar que alrededor de 1.600 personas con esta formación abandonen el país cada año.
La Escuela de Enfermería de Coimbra, con 145 años de historia y la más antigua de Portugal, cuenta con alrededor de 2.000 alumnos. En total, alrededor de 2.800 graduados terminan sus estudios en todas las escuelas de enfermería en Portugal cada año. Muchos de ellos se van al extranjero.
La estudiante de enfermería Francisca Lopes explica por qué: "En Suiza, por ejemplo, ganaría aproximadamente cinco veces más en mi primer año de trabajo que aquí en Portugal. Eso, por supuesto, es tentador". Y ya ha conocido España, otra de sus opciones, dentro del programa Erasmus: "En el país vecino, las enfermeras y auxiliares tienen una calidad de vida completamente diferente a la de aquí en Portugal". Después de sus estudios, Francisca planea dejar Portugal por al menos dos años y luego posiblemente regresá a la universidad para especializarse.
Se necesitan más inversiones en el sector asistencial
Portugal debe invertir más en el sector de enfermería, afirma el director de la universidad, António Amaral: "Dar más dinero al sector de la enfermería es una buena inversión, porque garantiza una mejor salud. Y la salud es uno de los bienes más valiosos". Además, más enfermeras y auxiliares podrían proporcionar atención sanitaria preventiva, un aspecto que Portugal ha descuidado hasta ahora. "El sistema sanitario portugués gasta el 30 por ciento de su presupuesto en medicamentos y no invierte casi nada en prevención", subraya.
Valter Amorim, de la Cámara de Enfermería, también pide medidas drásticas para el sector. Es la única manera de reducir la fuga al extranjero, que se produce desde hace 15 años: "Portugal no sólo debe pagar más a los enfermeros y cuidadores, sino también mejorar las condiciones de trabajo, a veces catastróficas, en los hospitales y policlínicos". El Gobierno ha dado un primer paso aumentando el salario inicial hasta unos 1.500 euros, pero, según Amorin, hay mucho más por hacer.
(rmr/ms)