Los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México viven un ‘peregrinar’ diario para llegar a sus escuelas o lugares de trabajo, pues las personas que viven en Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Texcoco, Ixtapaluca, Iztapalapa, Tláhuac y Gustavo A. Madero pierden gran parte de su día en el transporte público, en el que llegan a gastar hasta más de 100 pesos.
Y es que dependiendo de la periferia en donde se viva, los gastos y el tiempo perdido va cambiando; por ello, la investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Angélica del Rocío Lozano afirmó que el Valle de México necesita una planificación urbana e inversión en el transporte público de calidad a largo plazo en donde lo demanden los usuarios de la periferia.
Tan solo en el transporte público del Estado de México la tarifa aplicable por distancia es de 12 pesos por los primeros 5 kilómetros recorridos, y 25 centavos por cada kilómetro adicional, por lo que el costo puede subir hasta los 26 pesos; aunado a ello, si se utiliza el Mexibús o el Mexicable, se agregan otros 9 pesos (por cada uno).
O en otros casos, la tarifa puede aumentar aún más, pues los habitantes de Texcoco e Ixtapaluca deben gastar en camiones que van directo a los municipios del Estado de México. Para el caso de Texcoco, los habitantes deben gastar 112 pesos por un viaje redondo (ida y vuelta a CDMX).
Es decir, a la semana (contando 5 días) las personas gastan 560 pesos por el camión que sale de la terminal TAPO, sin contar otros transportes que puedan utilizar en la capital, como el Metro, Metrobús, Trolebús, Cablebús o Tren Ligero. El tiempo también cuenta, pues el viaje tiene una duración aproximada de hora y media a dos horas (sin tráfico o cierres) por lo que los habitantes de dichos lugares pierden de cinco a seis horas al día en el transporte público.
Un caso similar es en el que las personas que viven en Ixtapaluca, quienes deben pagar hasta 95 pesos por un viaje a la Ciudad de México, y si es ida y vuelta unos 190 pesos, es decir, 950 pesos en el puro autobús, en el que también se sufre inseguridad por los asaltos en las carreteras. El tiempo perdido es el mismo, los vecinos de Ixtapaluca pueden perder hasta seis horas al día en el transporte público.
Los habitantes de Iztapalapa, Tláhuac y Gustavo A. Madero también pierden mucho tiempo y dinero para llegar a su trabajo. Un caso es el de los habitantes de Iztapalapa, quienes –algunos– tiene que usar los bicitaxis, microbuses, Cablebús, Metrobús y Metro un mismo día; y a pesar de vivir en la capital, los iztapalapenses pueden perder más de dos horas y hasta 100 pesos en un solo día laboral.
Y es que las tarifas de los bicitaxis varían dependiendo de la zona; en Xochimilco los viajes de hasta tres kilómetros cuestan entre 10 y 15 pesos; en Tláhuac, el precio por la misma distancia va de los 8 a 17 pesos; e incluso, los bicitaxis que rondan por el Centro Histórico de la Ciudad de México cobran de 45 a 70 pesos.
La investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Angélica del Rocío Lozano expuso que el principal motivo de viaje de los habitantes de la ZMVM entre semana es para el trabajo y los estudios; en fin de semana, el principal sigue siendo el empleo, mientras que el segundo motivo de movilidad es la convivencia y recreación, teniendo como principales medios para el traslado el transporte público, el automóvil particular y la bicicleta.
Los costos de viajes son muy diferentes: los viajes más baratos son los cortos, realizados por los habitantes de las zonas centrales; mientras los más caros son los viajes largos, que realizan los habitantes de las zonas periféricas de la ZMVM, donde se encuentra la mayor marginación y los ingresos más bajos. De estos últimos, la mayoría de sus traslados son a demarcaciones de la zona central, particularmente a las alcaldías Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, donde se concentran la mayoría de los centros de trabajo y educativos de la Ciudad de México.
En casi tres cuartas partes de los viajes en transporte público se utiliza el llamado microbús o colectivo, el cual es de baja calidad, caro, contaminante e inseguro, tanto por la forma en que son conducidos los vehículos como por la exposición a delitos.
