A principios de mes, el gobierno polaco se comprometió a no arrestar al primer ministro israelí si asistía a la conmemoración de la liberación Auschwitz este lunes. DW repasa el acalorado debate que siguió a la decisión.Hay lugares en suelo polaco que tienen un profundo significado, no sólo para los polacos, sino también para los judíos y para muchas personas en Israel. Estos lugares son los campos de concentración y exterminio donde los nazis alemanes asesinaron a millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Esto explica en parte el acalorado debate que se ha suscitado recientemente sobre si se debería conceder un salvoconducto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre el que pesa una orden de detención internacional, para asistir al 80º aniversario de la liberación de Auschwitz, el 27 de enero.
La Corte Penal Internacional (CPI) es el tribunal encargado de procesar a personas por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. El pasado mes de octubre, emitió una orden de arresto contra el primer ministro israelí y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, acusándolos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en la Franja de Gaza.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 47.000 personas han muerto en la incursión militar de Israel en el enclave, en respuesta a los ataques de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, en los que murieron unas 1.200 personas. Israel no es miembro de la CPI, pero Polonia es miembro fundador y está legalmente obligada a ejecutar la orden.
Salvoconducto para el primer ministro israelí
Alegando "circunstancias absolutamente extraordinarias", el presidente polaco, Andrzej Duda, pidió el pasado 9 de enero a Donald Tusk y a su gobierno que garantizaran un salvoconducto para Netanyahu en caso de que decidiera participar en el evento. En una rara muestra de unanimidad entre gobierno y presidente, la solicitud fue aprobada el mismo día.
La resolución no mencionaba a Netanyahu por su nombre, lo que era comprensible dado que el primer ministro israelí en realidad no planeaba asistir en persona, como confirmó The Times of Israel el 9 de enero. Sin embargo, la decisión fue recibida con oposición y protestas en Polonia. Entonces, si Netanyahu no planeaba asistir, ¿por qué se planteó la resolución y el gobierno polaco la aprobó?
'Homenaje al pueblo judío'
La resolución establecía que la garantía de seguridad para los representantes israelíes era "parte de rendir homenaje al pueblo judío, millones de cuyas hijas y cuyos hijos fueron víctimas del Holocausto perpetrado por el Tercer Reich".
El propio Tusk declaró que el caso era "muy delicado". "Por un lado", dijo, "tenemos el veredicto de un tribunal internacional, pero por otro, para mí está absolutamente claro que cualquier representante de las autoridades israelíes debe tener todo el derecho y la sensación de seguridad cuando visite el campo de Auschwitz, especialmente en el aniversario [de su liberación]".
Reacciones críticas en Polonia
Uno de los primeros críticos destacados de la decisión del gobierno fue un respetado juez polaco, Piotr Hofmanski, ex presidente de la CPI. Él subrayó la obligación incondicional de Polonia en virtud del derecho internacional de ejecutar la orden. Sin embargo, subrayó que las autoridades polacas hasta ahora no han infringido la ley y sólo lo harían si Netanyahu pisara suelo polaco pero no fuera arrestado.
La resolución que se compromete a no detener a Netanyahu también se encontró con una oposición generalizada en todo el espectro político polaco. Periodistas, expertos, blogueros, comentaristas políticos, autoridades judiciales y la oposición, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, condenaron la decisión, aunque por diferentes razones. La resolución causó especial indignación entre los activistas y políticos de izquierda, así como entre los partidarios de la causa palestina.
Una encuesta de opinión encargada por el medio polaco Wirtualna Polska y realizada por United Surveys mostró que casi el 60% de los encuestados pensaba que Polonia debería arrestar al líder israelí si asistía a la ceremonia de conmemoración de Auschwitz. Sólo el 24,2 % estaba a favor de garantizarle un salvoconducto a Netanyahu, y el 16,6 % estaba indeciso.
El Estado de derecho frente a la razón de Estado
Los activistas propalestinos organizaron una protesta en Varsovia, durante la cual varios cientos de personas corearon "¡Arresten a Netanyahu!" y "El gobierno polaco tiene las manos manchadas de sangre". Varias ONG, entre ellas la iniciativa East, una organización de la generación Z que lucha por la justicia social y contra el cambio climático; Acción por la Democracia y la Huelga de Mujeres de toda Polonia, escribieron una carta abierta pidiendo a Tusk que retire la resolución.
El Colegio de Abogados de Polonia hizo un llamamiento al presidente y al gobierno para que se adhieran incondicionalmente al Estado de derecho y que lo implementen tanto en las palabras como en los hechos. En una carta abierta, el Consejo subrayó que las decisiones de los tribunales y juzgados internacionales no deben considerarse una cuestión de elección. Añadiendo que la no ejecución de la orden de la CPI socavaría "la confianza de los ciudadanos en el Estado de derecho en Polonia" y es peligrosa, incluso aunque la seguridad exterior del país así lo sugiera.
¿Cuál es el papel de los Estados Unidos?
La referencia a la seguridad exterior de Polonia podría haber sido una respuesta a la motivación política que, según los medios de comunicación, podría haber tras la resolución. El arresto del jefe del gobierno israelí en el lugar más notorio y simbólico del Holocausto sin duda provocaría una protesta internacional y desencadenaría una respuesta feroz de la recientemente inaugurada administración Trump, un fuerte aliado tanto de Polonia como de Israel.
Los medios de comunicación polacos citaron fuentes anónimas cercanas al gobierno que afirmaron que la resolución tenía como objetivo principal evitar el riesgo muy real de una crisis en las relaciones entre Estados Unidos y Polonia justo al comienzo de la segunda administración Trump. Además, el 9 de enero, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que amenaza con imponer sanciones a cualquiera que ayude a la CPI a procesar a ciudadanos estadounidenses o aliados de Estados Unidos, lo que incluye a Israel.
¿El presidente le tendió una trampa a Tusk?
Fuera su intención o no, el presidente Duda, que dejará el cargo al final de su segundo mandato en agosto, creó una situación difícil para el gobierno cuatro meses antes de las elecciones presidenciales del país.
Estas elecciones podrían determinar si el primer ministro Tusk tendrá un aliado en el palacio presidencial y, por lo tanto, un camino potencialmente más fácil para implementar sus promesas de campaña o enfrentará la perspectiva de trabajar con un segundo presidente vinculado al partido de oposición, Ley y Justicia (PiS).
La resolución aprobada por Tusk y su gobierno no sólo podría costarle votos a su aliado y candidato presidencial preferido, Rafal Trzaskowski, sino que también podría haber dañado la credibilidad de Polonia en el escenario mundial, con la notable excepción de sus relaciones con la Casa Blanca de Trump.
(lgc/mn)