La imposición de aranceles significativos a las importaciones provenientes de México y Canadá, así como de China fue anunciada por la Casa Blanca a través de su portavoz Karoline Leavitt, esta situación ha generado preocupación e incertidumbre tanto en los mercados como en las relaciones comerciales entre los países involucrados.
En ese sentido, la administración del presidente Donald Trump ha mantenido su postura firme respecto a la aplicación de un arancel del 25 por ciento sobre las importaciones provenientes de México y Canadá.
Es así que, en una rueda de prensa, Leavitt confirmó que la fecha para la implementación de estas tarifas será el 1 de febrero, a pesar de las diversas discusiones y especulaciones que se han generado sobre el tema. Esta medida es una continuación de la agenda comercial “América Primero”, que busca proteger la industria estadounidense y reducir la dependencia de importaciones extranjeras.
Políticas proteccionistas de Trump
El presidente Trump ha sido un defensor férreo de políticas proteccionistas, especialmente en sectores clave como la industria automotriz. En diversas ocasiones, ha expresado su deseo de que las empresas estadounidenses reubiquen su producción dentro del país, en lugar de depender de fábricas en México o China.
Según su visión, imponer aranceles más altos sobre las importaciones es una forma de incentivar la producción interna y garantizar la creación de empleos en Estados Unidos, a la vez que asegura que el país recupere su poder económico.
Además de los aranceles sobre México y Canadá, la administración Trump también está considerando imponer un arancel adicional del 10 por ciento a los productos chinos. Aunque aún no se han especificado detalles sobre qué productos estarán sujetos a esta tarifa, se especula que sectores como la tecnología, los productos electrónicos y los bienes manufacturados podrían ser los más afectados.
La incertidumbre sobre qué sectores estarán involucrados ha creado tensiones adicionales, especialmente en los mercados bursátiles, que ya muestran signos de nerviosismo ante la posibilidad de una guerra comercial más amplia.
