El empleo en México sigue sin recuperarse del todo y muestra signos preocupantes. A pesar de ligeras mejoras en algunos indicadores, la informalidad laboral sigue afectando a más de la mitad de la población ocupada (53.7%), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de diciembre de 2024.
El panorama del empleo en el país está marcado por trabajos sin prestaciones, baja calidad laboral y un incremento en la incertidumbre económica para miles de familias. Si bien la tasa de desocupación bajó ligeramente al 2.4%, este indicador no refleja la realidad de un mercado laboral con altos niveles de subocupación y condiciones críticas de empleo.
Más mexicanos fuera del mercado laboral
Uno de los datos más alarmantes del informe es el incremento de la población no económicamente activa (PNEA), que subió en 980 mil personas en un año, alcanzando los 41.7 millones. Esto significa que más mexicanos, en su mayoría mujeres, han dejado de buscar empleo activamente, ya sea por desánimo, falta de oportunidades o por estar ocupados en el hogar sin una remuneración.
Además, hay 5.4 millones de personas que desean trabajar pero no han realizado acciones para conseguir empleo, lo que sugiere un desaliento generalizado.
Las mujeres y los jóvenes, los más golpeados
La brecha de género en el empleo persiste. Aunque la tasa de participación económica femenina es del 46.0%, bajó 0.3 puntos porcentuales respecto al año pasado, lo que indica que menos mujeres están activamente en el mercado laboral. Además, la informalidad golpea más a ellas, con un 54.2% de las trabajadoras en condiciones sin seguridad social.
En el caso de los jóvenes, el desempleo sigue concentrándose en el grupo de 15 a 24 años, que representa el 31.9% de los desocupados. Para ellos, el acceso a empleos formales sigue siendo una barrera difícil de superar, sobre todo para aquellos con estudios universitarios, pues el 87% de los desempleados tienen educación superior.
Menos oportunidades en sectores clave
El análisis de los sectores económicos muestra que las oportunidades de empleo están desplomándose en áreas clave como la manufactura (-387,799 empleos), la agricultura (-360,286) y el sector gubernamental (-252,624).
En contraste, los sectores que sí aumentaron su personal fueron servicios diversos (+473,751), servicios sociales (+234,973) y transportes (+230,197), lo que refleja un cambio en la estructura del empleo en México hacia actividades menos industriales y más orientadas al sector terciario.
Sin embargo, esto no significa una mejora en la calidad de los empleos. El 32% de los trabajadores están en condiciones críticas de ocupación, es decir, trabajan muchas horas por bajos salarios o en situaciones precarias.
Aumento del desempleo de largo plazo
Otro dato preocupante es que más personas han estado sin trabajo por más de un año, pues este grupo pasó de 18,068 en 2023 a 37,255 en 2024, lo que representa un incremento de más del 100%.
Además, el 34.4% de los desempleados lleva más de un mes sin encontrar trabajo, lo que sugiere una mayor dificultad para reinsertarse en el mercado laboral.
El fantasma de la informalidad sigue presente
El informe deja claro que la informalidad sigue siendo uno de los mayores desafíos para el país. A pesar de que México ha logrado reducir la tasa de informalidad en los últimos años, la cifra se mantiene por encima del 50% y sigue afectando a millones de trabajadores que no cuentan con acceso a servicios de salud, seguridad social o contratos formales.
En las zonas rurales, la informalidad es aún más crítica: en localidades con menos de 100 mil habitantes, el 67.4% de los trabajadores están en la informalidad.