DW en español

¿Cómo afectarían los aranceles estadounidenses a Latinoamérica?

Estados Unidos supone, por ejemplo, el 40 por ciento de las exportaciones de café de Colombia. DW

"A cualquier país de Latinoamérica le impactaría comercialmente que Estados Unidos le aplique un arancel", coinciden los expertos. Aunque a algunos más que a otros.Tras la disputa con Colombia por las deportaciones, se acerca el siguiente episodio de aranceles esgrimidos por la administración de Donald Trump con finalidades políticas. Este sábado, Estados Unidos podría aprobar un arancel general del 25% a los productos mexicanos. "No creemos que vaya a ocurrir, la verdad", dijo ayer la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, aunque aseguró tener un plan por si acaso.

Para Ricardo Carciofi, investigador principal del Programa de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), en Argentina, hay que tomarse en serio las amenazas de Trump. "Son un instrumento de negociación y, por tanto, pueden materializarse según sea el curso de esa negociación", dice. Y advierte que "a cualquier país de Latinoamérica le impactaría comercialmente que Estados Unidos le aplique un arancel". Por lo tanto, no hay que ponerse en el punto de mira, recomienda.

Colombia y toda Latinoamérica, en la mira

En esto está de acuerdo Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de Analdex, la Asociación Nacional de Comercio Exterior de Colombia, comentando la "zozobra generada" en la disputa arancelaria por las deportaciones. "El Gobierno supo recapacitar a tiempo; no obstante, esto se hubiera podido evitar", responde a DW por correo electrónico. "La construcción de un acuerdo comercial ha requerido años de esfuerzo y no se puede borrar de un plumazo en una tarde de domingo, vía redes sociales", protesta.

Él extrae tres lecciones del rifirrafe diplomático que quizá puedan ser extrapolables a otros países: que hay que "ver a Estados Unidos como aliado y no como enemigo", que no se responda con aranceles sin "que se haga un análisis profundo antes de recurrir a ellos, ya que puede traer efectos en la economía nacional". Y, en tercer lugar, propone "afianzar la palabra diversificación y que no se quede en el papel" y "fortalecer la relación comercial con otros socios económicos, como puede ser Asia".

Ejemplo de las flores de San Valentín

En un caso como el de Colombia, extendible a otros países de la región con un patrón de comercio similar, el problema de un arancel no es que reduzca las ventas o que suba el precio en destino. "Habría desincentivado la exportación de nuestros productos a dicho mercado", dice Molina. Según en qué regiones colombianas, "hubiese sido un golpe duro y contundente", afirma. Así como para algunos sectores: "Para el café, Estados Unidos significa el 40 por ciento de las exportaciones totales y para las flores, aproximadamente el 80 por ciento".

En el caso de las flores, explica Marius Bordalba, consultor de comercio internacional, un incremento del precio del 25 por ciento hubiera hecho que se perdieran todas las ventas en favor de otros países, como Ecuador o, incluso, Kenia. Estados Unidos hubiera encontrado otros vendedores para surtir a sus floristerías para el 14 de febrero, el día de más ventas del año, pero las flores colombianas no hubieran tenido salida. "Desarrollar un mercado alternativo para exportar esos productos a corto plazo es absolutamente inviable", afirma. "Y lo mismo aplica con cualquier otro producto perecedero, como los mangos".

Una controversia ante la OMC llegaría tarde

Bordalba, exfuncionario de la Organización Mundial de Comercio (OMC), explica que en el caso de que se impusieran esos aranceles y Colombia abriera un caso ante el organismo, lo ganaría probablemente. "No es un producto específico donde se pueda argumentar de forma sólida la existencia de una razón de seguridad nacional para justificar la medida y, por tanto, si cubre un conjunto tan amplio de productos, es prácticamente imposible que eso se justifique bajo los acuerdos de la OMC", explica. Sin embargo, en teoría, la OMC tiene que resolver la controversia en un plazo de 15 meses. "Algo que, en la práctica, nunca se cumple", explica. Por lo que el daño a la economía colombiana, o del país que fuera, ya estaría hecho.

Por supuesto, habría países más inmunes a los aranceles estadounidenses. "En el caso de Argentina, Estados Unidos supone alrededor de seis o siete por ciento de nuestras exportaciones, es un destino importante, pero no es crítico", explica Carciofi desde el CIPPEC. Para él, es más importante "el papel que pueda jugar Trump en relación al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, ésa es la clave para la Argentina… yo diría que en el corto plazo no va a haber problemas en el frente comercial". Además, añade el consultor Bordalba, "las afinidades ideológicas entre Trump y Javier Milei es probable que ayuden a los productos argentinos a librarse" de los aranceles.

Aranceles por motivos políticos y aranceles por motivos comerciales

Para Carciofi, la amenaza estadounidense de aranceles se ha dado hasta ahora por motivos políticos, como en el caso de las deportaciones, del expansionismo hacia Groenlandia o de los aranceles a México y Canadá. Howard Lutnick, futuro secretario de Comercio de Estados Unidos, admitió ayer, por ejemplo, durante su audiencia de confirmación ante el Senado que este último "no es un arancel per se; es una acción de política doméstica: ¡cierren su fronteras y detengan el fentanilo! (...) y no habrá aranceles".

Pero el experto argentino añade otro ámbito en el que se van a esgrimir los aranceles, el "estrictamente comercial". El propio Lutnick se mostró partidario de evaluar aranceles "país por país", en lugar de por productos, y de usarlos "para crear reciprocidad, justicia y respeto". Así que Carciofi aventura cómo saber hacia qué países van a ir destinados estos aranceles: haciendo "el listado de los déficits comerciales bilaterales que tiene Estados Unidos con cada país, en el que, obviamente, el primero en el ránking es China, después sigue Canadá, México, etcétera". En esa lista, no habría ningún otro país de Latinoamérica, tranquiliza.

"Esa esfera estrictamente comercial para Trump es una preocupación", añade. "En esta cuestión, se está tomando un poco más de tiempo". Y, destaca, "hasta ahora, con China se ha movido con una extrema cautela". Es muy "poco costoso", señala el experto argentino, amenazar, por ejemplo, a Colombia con aranceles. "Pero tomar otro tipo de decisiones sí puede tener impacto económico para Estados Unidos y los mercados financieros están muy atentos a eso", observa. "Y si hay algo que Trump no quiere, es un voto adverso de los mercados", concluye: "El termómetro de, por un lado, la opinión pública americana y, por otro, los mercados, es lo que Trump mira con más atención".

(rml)

DV Player placeholder

Tags


Lo Último