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"El femicidio no es un homicidio cualquiera"

Protesta contra los femicidios en Argentina. DW

¿Es necesaria la figura del femicidio en la legislación o atenta contra la igualdad entre hombres y mujeres? Expertas analizan para DW las particularidades de este crimen.Los anuncios del Gobierno argentino de que buscará eliminar el femicidio de su cuerpo legal han levantado el debate en torno a esta figura. En Davos, el presidente Javier Milei acusó que matar a una mujer conlleva una pena más grave que matar a un hombre "solo por el sexo de la víctima", lo que, en su opinión, legalizaría de hecho "que la vida de una mujer vale más que la de un hombre".

El ministro de justicia, Mariano Cúneo, confirmó que eliminarían la figura del femicidio del Código Penal Argentino: "Esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra".

La reforma del Ejecutivo, que requiere de la aprobación del Congreso, contradice la tendencia global y regional, donde progresivamente los países han ido incorporando diversas formas de reconocer y sancionar este crimen. De hecho, en América Latina, solo Cuba y Haití no lo contemplan en su legislación.

En rigor, la ley argentina no tipifica el delito de femicidio haciendo uso de esta palabra. Si bien el término es utilizado ampliamente a nivel social y político, éste no aparece en su Código Penal. Lo que sí especifica es que "castiga -como figura agravada del homicidio- al que matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género".

"Todas las muertes están integradas y en igualdad ante la ley. La agravante de ser en el contexto de la violencia de género hace que estos crímenes sean castigados con prisión perpetua", dice a DW la abogada argentina Andrea Mac Donald, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

En Latinoamérica, se usa indistintamente el término femicidio o feminicidio, pero más allá del nombre o de si está nombrado explícitamente en las leyes, desde la sociedad hasta la política, apunta a encarar las distintas formas de discriminación contra la mujer y su expresión de violencia más extrema.

Más mujeres asesinadas por hombres

En opinión de Mac Donald, la eliminación de la figura del femicidio sería un error. "El femicidio es una desigualdad de poder que ejerce el maltratador sobre la víctima y que provoca la muerte. Hay una mayor cantidad de víctimas mujeres que hombres y tenemos altas tasas de femicidio año a año. Eliminar esta figura sería elevar exponencialmente el número de víctimas que podrían ocurrir", advierte la autora del libro "Violencia de género: Análisis económico, teoría y práctica".

En Argentina, cada 30 horas es asesinada una mujer en el contexto de la violencia de género. Entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2024, hubo 252 víctimas, según el Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación. De éstas, 69 fueron apuñaladas, 56 muertas con arma de fuego y 43 estranguladas, entre otros métodos. 21 fueron violadas antes de ser asesinadas.

Entre los perpetradores, más de la mitad pertenecía al entorno cercano: 92 eran pareja y 33 expareja de la víctima. En el 65 por ciento de los casos, el crimen se cometió en el hogar de la víctima o en la vivienda que compartía con el asesino, que deberían ser los lugares donde supuestamente estarían seguras.

En el marco de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), firmada y ratificada por Argentina, este país aprobó en 2009 una "ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales".

Crimen y violencia de género

Las cifras de femicidios en Argentina coinciden con una realidad latinoamericana y global. El informe de ONU Mujeres 2024 muestra que el género es un factor importante en estos crímenes. Si bien la gran mayoría de las víctimas de homicidio son hombres (80 por ciento), las mujeres son asesinadas en el 60 por ciento de los casos por hombres de su entorno familiar. En los varones, en cambio, solo cerca del 12 por ciento son matados por sus parejas o familiares.

"No es cuestión de decir que se ha matado a un hombre o a una mujer, y por qué los vamos a tratar diferentes estos dos crímenes. Se trata de entender que la mayor parte de los homicidios de mujeres ocurren en contextos de violencia previa. De hecho, en varios países la tipificación está relacionada específicamente con la presencia de violencia previa ejercida contra la mujer, y eso hace que el abordaje y la respuesta tengan que ser diferentes", dice a DW Patsilí Toledo, profesora asociada de género y justicia penal en la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona.

La jurista chilena lo ejemplifica haciendo un símil con un asesinato racista, un crimen homofóbico o por motivos religiosos, que en el derecho penal no son tratados exactamente igual que un homicidio común: "Estas motivaciones adicionales y en general los llamados delitos de odio son crímenes agravados. No solo es matar a alguien, sino matar a alguien porque es judío, musulmán, negro u otra razón. Ante los crímenes contra mujeres ejercidos en el contexto de violencia de género, las leyes de femicidio precisamente reconocen que estos no son un homicidio cualquiera".

Tipificar el femicidio

A nivel mundial, América Latina es la región con mayores avances en materia legislativa. "El concepto de femicidio y feminicidio ha tenido una importancia enorme no solo en lo legislativo, sino también en lo social y en las políticas públicas. Incluso antes de las leyes hubo mucho activismo. Las primeras leyes son de 2007 y, desde entonces, una veintena de países de la región lo han tipificado de una forma u otra este delito", señala Toledo.

Ya sea tipificada o reconocida implícitamente en la legislación, la figura del femicidio contribuye a comprender las causas y particularidades de este crimen. Saber las dinámicas que hay detrás y la alta incidencia en el contexto de personas conocidas debiera incidir en políticas de prevención específica y en la forma de investigar.

A la par con los avances legales, se ha recopilado mayor información, que ayuda a enfocar reformas en la policía, analizar si la respuesta de la justicia ante denuncias previas de amenazas o violencia es la adecuada y mejorar la atención del estado para los hijos de las víctimas, sobre todo en el caso de que el perpetrador sea el padre.

"En varios países de Latinoamérica, se han adoptado protocolos para la investigación de los homicidios de mujeres por razones de género y hay fiscalías que tienen hasta unidades especializadas que entienden la complejidad de estos delitos", destaca la experta chilena y autora del libro "Femicidio/Feminicidio".

Sobre el futuro de esta figura en la legislación, la abogada argentina Andrea Mac Donald cree que no debería haber vuelta atrás. "Ya está instaurada desde hace muchos años y cuando son derechos adquiridos es muy difícil combatirlos".

(rml)

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