En 2014, el grupo Estado Islámico tomó el control de la ciudad iraquí de Mosul y destruyó sistemáticamente monumentos culturales. La reconstrucción comenzó tras la liberación. Algunos edificios ya han sido restaurados.En otoño de 2014, la milicia terrorista Estado Islámico (EI) comenzó a destruir monumentos, iglesias e incluso mezquitas en las zonas conquistadas de Irak y Siria. Se dice que en la antigua Mesopotamia está la cuna de la civilización humana, con asentamientos que formaron el centro intelectual y cultural del antiguo Oriente mucho antes del Islam.
Muchos edificios y lugares culturales de aquella época son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Eso interesó poco a los combatientes del EI. Al igual que devastaron las antiguas ciudades de Hatra y Nínive, atacaron Mosul. En 2017, cuando el ejército iraquí reconquistó la ciudad, ya no quedaba mucho. Famosos monumentos yacían en ruinas y más de 130.000 casas habían sido destruidas.
Reconstrucción por 140 millones de euros
Desde 2018, la UNESCO, junto con el gobierno iraquí, Emiratos Árabes Unidos, la UE y otros socios, están ayudando a reconstruir los monumentos culturales. Así se levantaron la famosa mezquita Al-Nuri, el convento Al-Saa'a de Nuestra Señora y la iglesia católica siria Al-Tahira, entre otros. En el proyecto se invirtieron más de 140 millones de euros.
El jefe de obra, Anas Zeyad Abdulmalek, explica en el sitio web de la UNESCO que a menudo le preguntan por qué se construyen iglesias y mezquitas más rápido que edificios residenciales y hospitales. "El valor de las iglesias y mezquitas es que son lugares de paz. La gente se reúne aquí para rezar. Queremos devolver estos recuerdos y este patrimonio”, dice.
Según Abdulmalek, es especialmente importante que cristianos y musulmanes trabajen juntos, independientemente de si reconstruyen una iglesia o una mezquita. "El principal objetivo del proyecto es la reconciliación y la cohesión en Mosul, con toda su diversidad, ya sean cristianos, judíos o musulmanes, que han convivido pacíficamente aquí durante siglos”.
La identidad de todo un país
La restauración del minarete de Al-Hadba, que forma parte de la mezquita de Al-Nuri, supuso un reto especial. La torre inclinada había vigilado la ciudad durante muchos siglos. Era un punto de referencia y formaba parte de la identidad de Mosul. La destrucción de la parte principal del minarete fue una tragedia nacional.
De cara a la reconstrucción, se preguntó a los ciudadanos si las ruinas del minarete debían permanecer en pie y si debía construirse una copia junto a él. "El 94% de los encuestados quería que el minarete volviera a estar en pie, exactamente donde estaba y exactamente como era”, afirma el director de la obra, Omar Yasir Adil Taqa. Ahora la torre está de nuevo en pie, cuidadosamente reconstruida con las piedras originales que el equipo rescató de entre miles de toneladas de escombros.
¿Monumentos culturales o infraestructuras?
Según la UNESCO, las obras de restauración han creado 6.000 nuevos empleos en Mosul. Con su ayuda, más de 1.300 jóvenes han recibido formación en oficios tradicionales como carpintería, cantería y pintura.
Los habitantes de Mosul agradecen la reconstrucción de los lugares culturales del centro histórico. Sin embargo, la ciudad aún necesita mucho tiempo, dinero y mano de obra antes de que su infraestructura esté totalmente restaurada. Hay planes para crear más lugares de encuentro, como parques y grandes plazas, y, lo que es muy importante, se proyecta la construcción del mayor hospital de la región. También se espera que el aeropuerto internacional de Mosul reabra este año, según declaró un portavoz del Ministerio de Transporte iraquí a la agencia de noticias Ina.
(mn/ers)