La charla entre Donald Trump y Bret Baier, de Fox News, que se emitirá antes del Super Bowl, promete ser una de las entrevistas con mayor audiencia del año. Aunque Trump ha hecho un gran revuelo al respecto, la realidad es que este formato no era una tradición que Estados Unidos necesitara resucitar.
A pesar de que es el primer expresidente en asistir al Super Bowl, la entrevista fue grabada con antelación en Mar-a-Lago, lo que le resta espontaneidad al evento.
El origen de la entrevista presidencial antes del Super Bowl
La idea de que un presidente concediera una entrevista política antes del Super Bowl surgió hasta 2009, pero sus antecedentes se remontan a 1992. Ese año, el entonces candidato Bill Clinton apareció en 60 Minutes tras la transmisión del partido para abordar escándalos personales, en una entrevista que, según analistas, salvó su campaña.
El formato actual comenzó en 2004, cuando George W. Bush se convirtió en el primer presidente en funciones en realizar una entrevista previa al partido. El Super Bowl se celebró en Houston y, como exgobernador de Texas, Bush habló en vivo con Jim Nantz de CBS. Aunque la conversación fue mayormente amistosa, incluyó preguntas sobre el uso de esteroides en la NFL y sirvió como una estrategia política en un año electoral complicado para el mandatario.
En 2009, Barack Obama consolidó la tradición al sentarse con la cadena que transmitía el partido cada año. Su primera entrevista, a solo dos semanas de asumir la presidencia, destacó su “factor cool” y el carácter histórico de su victoria. Desde entonces, Obama mantuvo la costumbre, incluso con Fox News, con quien sostuvo encuentros tensos, especialmente en 2014.
Trump y sus entrevistas previas al Super Bowl
Durante su presidencia, Trump participó en tres de las cuatro entrevistas previas al Super Bowl. En 2017, conversó con Bret Baier de Fox News, pero en 2018 evitó a NBC en medio de la investigación sobre Rusia. En 2019, su charla con Margaret Brennan de CBS fue más seria, pero sin grandes revelaciones. Y en 2020, optó por una conversación con Sean Hannity que terminó siendo un monólogo sin filtros.
Ahora, con su regreso al formato en 2024, Trump busca captar la atención de la audiencia en un año electoral clave. Sin embargo, queda la pregunta: ¿realmente alguien extrañaba esta tradición?
