Dos hechos de esta semana transformarán la relación entre Estados Unidos y Europa.
El primero fue la llamada que el presidente estadounidense Donald Trump sostuvo con el presidente ruso Vladimir Putin, “tramando” planes para poner fin a la guerra en Ucrania y “acordando” intercambiar visitas.
El segundo fueron las declaraciones del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, quien pidió a los aliados europeos “asumir la responsabilidad de la seguridad convencional en el continente”.
Ambos sucesos refuerzan la ideología de “Primero Estados Unidos” del presidente Trump, quien dijo durante su segunda campaña electoral que tal vez no defendería a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que no hayan invertido lo suficiente en su defensa.
Han sido muchas las reacciones a los pronunciamientos de Trump de que las negociaciones para alcanzar la paz por Ucrania “comenzarán de inmediato”, y nos dimos a la tarea de recopilar algunas, y de charlar con un especialista sobre las implicaciones de estos esfuerzos por alcanzar la paz en Ucrania.
“Parece que serán Rusia y Estados Unidos quienes delineen el esquema para el cese de hostilidades y la resolución del conflicto, o convertirlo en un conflicto congelado. Kiev y las capitales europeas serán un espectáculo secundario” – Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia-Eurasia.
“Es, sin duda, un enfoque innovador para una negociación hacer concesiones muy importantes incluso antes de que hayan comenzado” – Carl Bildt, copresidente del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
“Muchos en Occidente, comenzando por los líderes de la UE, estaban atónitos cuando tuvo lugar una conversación normal y básica entre dos personas educadas y corteses” – Sergey Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.
“Cuando se les pregunta (a los europeos) por qué no pueden gastar más en seguridad nacional, su argumento es que eso los obligaría a hacer recortes en los programas de bienestar social, en los beneficios de desempleo, en la posibilidad de jubilarse a los 59 años y en todas esas otras cosas. Es una elección que ellos hicieron” – Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU.
“EE.UU. no cree que la membresía de Ucrania en la OTAN sea un resultado realista de cualquier acuerdo de paz, ni que Ucrania regrese a las fronteras que tenía antes de 2014, y tropas europeas y no europeas –pero no estadounidenses– tendrían que vigilar cualquier acuerdo entre Ucrania y Rusia” – Pete Hegseth, secretario de Defensa de EE.UU.
“Debemos tener cuidado de una solución rápida y un trato sucio para poner fin a esta guerra; Europa y Ucrania deben estar en la mesa de negociaciones porque ningún acuerdo de paz puede implementarse sin su participación” – Kaja Kallas, vicepresidenta de la Comisión Europea.
1. ¿Qué lectura le das al anuncio sobre un encuentro que sostendrán los presidentes Trump y Putin para buscar un acuerdo de paz para Ucrania?
Desde la perspectiva del gobierno de Trump, sigue avanzando en generar instancias en las que se vayan concretando sus promesas de campaña. Este anuncio y esta reunión estarían en línea con las que han sido sus primeras semanas de regreso en la Casa Blanca, concretando promesas. Algunas son anuncios, otras son acciones, y habrá que ver en el tiempo cuánto logra concretar.
Sobre este anuncio, una cosa es plantear el proceso del inicio de las conversaciones, y otra cosa que realmente se logre una negociación final de cese al fuego y un tratado de paz. Sin duda, la posibilidad de que todo esto se concrete es alta, y lo es porque de una u otra manera Ucrania difícilmente podría continuar enfrentando a Rusia sin la ayuda y el gasto militar que Estados Unidos le ha estado dando desde el inicio del conflicto, y que ya no quiere seguir apoyando en la misma medida. Yo creo que es muy probable que finalmente se avance y se logre un cese al fuego, y que posteriormente se llegue a un acuerdo de paz.
2. Al pronunciarse Trump y su secretario de Defensa que no es realista pensar que Ucrania ingresará a la OTAN o que recuperará las fronteras previas al 2014, ¿se le está dando a Rusia un trato favorable?
Aquí hay varias situaciones que hay que analizar, retomando la otra pregunta. Habrá que ver realmente cuál es el nivel de injerencia de Ucrania en las negociaciones. Si bien parecía que iban a ser bilaterales, algo impensable para muchos, con un rol fundamental de Estados Unidos y de Rusia, es muy probable que se incluya a un Volodymyr Zelensky disminuido, e incluso a otros actores.
Como ya se dijo, las negociaciones difícilmente van a lograr que Rusia devuelva los territorios ganados. Lo interesante está en que las negociaciones van a consolidar el rol de Estados Unidos, bajo Trump, para lograr la paz en Europa, además de la presencia americana para acceder a minerales estratégicos y tierras raras en Ucrania, centrales para el desarrollo tecnológico de las grandes potencias.
Las negociaciones serán complejas, y creo que se centrarán en un acuerdo de paz a largo plazo, para que ni Ucrania quiera recuperar territorio perdido, ni Rusia intente volver a tomar partes de Ucrania.
3. ¿Qué sigue para Europa y para el mundo? ¿Un nuevo orden mundial?
Desde hace tiempo se habla de un nuevo orden mundial en el que Rusia y China entran en conflicto constantemente con otras regiones, y en el que se comenzará a ver la presencia de y tomarán relevancia otras potencias regionales o secundarias. No obstante, lo que ahora estamos viendo es que Trump vuelve a establecer y a imponer una pax americana que deja en entredicho si realmente podemos hablar de un nuevo orden mundial.
En todo caso, Europa se percibe debilitada en términos económicos, políticos y militares, sobre todo porque no fueron capaces de prevenir, evitar o solucionar el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En cuanto a un multilateralismo global, hay que esperar a ver lo que sucede en Europa, y en cierta medida en Oriente Medio y en otras regiones, y cómo se reintegrará Rusia a muchas actividades interacciones. Y sin duda alguna, hay quienes ven que todos estos cambios podrían tomar otro rumbo dentro de cuatro años, cuando Estados Unidos tenga otro presidente. Es decir, el país y el mundo podrían tomar otra dirección.