El presidente de Argentina, Javier Milei, generó un gran revuelo en las redes sociales al anunciar la creación de una nueva criptomoneda llamada $Libra, impulsada como parte de su visión liberal y para promover el crecimiento económico de Argentina. Sin embargo, lo que parecía ser un proyecto innovador se desmoronó rápidamente, lo que desató una serie de críticas y acusaciones de fraude.
El $Libra fue lanzado sin ningún activo subyacente y con características típicas de lo que se conoce como memecoins: criptomonedas creadas para capitalizar la popularidad de un individuo o fenómeno viral. El caso de $Libra resultó ser uno de esos esquemas de inversión fallidos, que recordaron la debacle de proyectos similares, como el de Donald Trump con su token $TRUMP, que también fue diseñado para aprovechar el entusiasmo de sus seguidores.
En cuestión de minutos, el precio del $Libra se disparó de 0.3 a 4.7 dólares, solo para desplomarse a los 0.19 dólares poco después. La volatilidad extrema y el poco tiempo entre el lanzamiento y el colapso del token hicieron pensar en un Rug Pull, una estafa común en el mundo de las criptomonedas donde se inflan artificialmente los valores para atraer inversores y luego se retiran con las ganancias, dejando a los demás jugadores con pérdidas.
Este incidente se enmarca en un contexto más amplio, donde El Salvador ya había dado un paso polémico al adoptar el Bitcoin como moneda oficial en 2021, solo para ver cómo esa decisión resultaba en un fracaso rotundo. Mientras tanto, en México y España, el escándalo de FX Winning, una estafa piramidal que prometía retornos de inversión muy por encima de lo razonable, demuestra cómo las criptomonedas y los esquemas de inversión fraudulentos siguen siendo una amenaza latente para los inversionistas poco cautelosos. Al igual que el colapso de $Libra, FX Winning engañó a miles de personas prometiendo ganancias rápidas y seguras, solo para dejarles miles de dólares en pérdidas cuando la estafa fue desenmascarada.
El impacto político y económico de las criptomonedas
Lo ocurrido con $Libra no es solo un escándalo de fraude en el mundo de las criptomonedas, sino también un reflejo de cómo la política y la economía pueden verse profundamente afectadas cuando los líderes públicos se aventuran en terrenos financieros tan inestables. Milei, al igual que Nayib Bukele en El Salvador, parecía buscar popularidad a través de la promoción de una nueva moneda digital, pero los resultados fueron catastróficos. La oposición en Argentina no tardó en calificar a Milei de “estafador” y acusó a su gobierno de operar como “gancho” para una estafa digital de gran magnitud.
La crítica de Cristina Kirchner y la alarma de la oposición
La ex presidenta Cristina Kirchner no dudó en señalar a Milei por inflar artificialmente el valor de $Libra, aprovechando su investidura presidencial para atraer a inversores incautos. “Miles confiaron en vos, compraron caro y en cuestión de horas perdieron millones, mientras unos pocos hicieron fortunas con información privilegiada”, denunció Kirchner en un largo posteo en sus redes.
El escándalo de $Libra es solo otro ejemplo de cómo las criptomonedas, si no se regulan adecuadamente, pueden convertirse en un terreno fértil para las estafas piramidales y fraudes financieros que afectan a ciudadanos comunes. En un mundo donde muchos gobiernos han mostrado interés en digitalizar su economía, el caso de Milei y El Salvador subraya los peligros de confiar en esquemas sin la debida transparencia y regulación.