La película distópica de Gabriel Mascaro cuenta la historia de una mujer que va a ser desterrada a una colonia para ancianos y encuentra refugio en el Amazonas.La película "O último azul”, del brasileño Gabriel Mascaro, fue ovacionada en su estreno mundial en la competencia oficial de la 75 edición de la Berlinale. La historia sobre personas de la tercera edad que son marginadas en la sociedad es la propuesta con la que Mascaro compite por el Oso de Oro.
Durante la rueda de prensa, el director subrayó que su película trata, principalmente, sobre "la capacidad de soñar sea cual sea tu edad”. De ese modo, quería enfocarse "en el cuerpo de las personas mayores y rodar una película sobre el presente”, agregó Mascaro, que con "Boi Neon” (2015) y "Divino Amor” (2019) ya participó antes en el festival alemán.
La trama de "O último azul” se desarrolla en la región amazónica de un distópico Brasil, donde el Gobierno ha decidido enviar a todas las personas mayores de 75 años a las denominadas "colonias” para "disfrutar” sus últimos años de vida. Una excusa para excluirlos de la sociedad, alejados de su familia y donde muy pocos sobreviven.
Tereza, interpretada por la veterana actriz brasileña Denise Weinberg, es una mujer de 77 años que se resiste a aceptar ese destino que le han impuesto, a veces con la complicidad de los propios familiares que, por ello, reciben un subsidio del Gobierno.
La anciana sobrevive con una mísera pensión y tiene que trabajar limpiando un matadero de caimanes, pero cada vez es más acorralada por las autoridades y llega a perder su trabajo. Antes de que le arrebaten su libertad y en busca de cumplir un último deseo, Tereza emprende un viaje por el Amazonas y sus afluentes, donde termina sumergida en aventuras y dimensiones que no conocía.
"El envejecimiento no es una parálisis”
Para Weinberg, el mensaje que quiere transmitir con la película y su personaje es "la elección de cómo quieres envejecer”. "Los científicos dicen que empiezas a envejecer cuando pierdes la curiosidad. No quise mostrar a una mujer vieja y frágil, sino todo lo contrario, demostrar que el envejecimiento no es una parálisis, que envejecer puede ser algo bueno”, sostuvo ante la prensa reunida en la capital alemana.
"Se puede envejecer con energía, con curiosidad, con sensualidad (..). Solemos ver la vejez como si la persona estuviera acabándose y no es así”, insistió Weinberg.
Por su parte, la actriz cubana Miriam Socarrás, que da vida a Roberta - una mujer que ayuda a Tereza en su barco, le enseña el valor de la libertad y termina siendo siendo su cómplice de aventura - se mostró emocionada por recibir a sus 83 años la oportunidad en otro país de hacer un personaje similar a ella: "Una mujer vieja, que tiene sueños y a la que le gusta el alcohol”.
Sin embargo, lo que más le gustó durante el rodaje fue la gente que conoció en la región amazónica. "He sentido en la Amazonía un mundo tan distante, como paralelo al que vivimos, es como otro tiempo, eso me va a quedar en la memoria para siempre”, aseguró Socarrás.
Toques de realismo mágico
Ciertamente, la película muestra los paisajes naturales de la Amazonia, pero no cayendo en la típica imágen turística. Más bien ahonda en la realidad: el daño ambiental, la contaminación, las condiciones de vida o los barcos que la recorren y sirven para ciertos negocios turbios.
"Cuando la gente piensa en Brasil y en el Amazonas tiene una imagen idealizada. Quería rodar una película que trate de los estereotipos del Amazonas, mostrar un Amazonas contemporáneo que se juega en las contradicciones”, explicó el director.
Pero Mascaro sumó también mucha imaginación y fantasía en escenas que rozan el límite del realismo mágico y se ven plasmadas en engaños, predicadores religiosos, peces luchadores o secreciones de caracoles azules con las que se llega a tener alucinaciones.
Ahora sólo queda esperar el anuncio de los ganadores del máximo galardón del festival, que se darán a conocer el 22 de febrero, y si el jurado quedó igual de satisfecho que el público. "O Último Azul” es la primera película brasileña que compite por el Oso de Oro desde 2020. Anteriormente, Brasil ganó dicho premio con "Central do Brasil” (1998).
(ms)