En Chile, por ejemplo, 22% de las emisiones de CO2 provienen del sector residencial, indica estudio.Un estudio realizado en Latinoamérica revela la contaminación generada diariamente en Chile, Colombia y Brasil por el uso de electrodomésticos, a base de combustibles fósiles y biomasa, en actividades básicas en el hogar, como cocinar o calentar, y destaca la necesidad de reducir el impacto ambiental mediante la electrificación.
Impulsado por el Global Methane Hub, con el apoyo de la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA), y en colaboración con EBP (Chile y Brasil), la Universidad de Stanford, la de São Paulo, la Mayor de Chile y la de los Andes en Colombia, el estudio subraya la importancia de la implicación estatal, a través de regulación e incentivos, para avanzar en la transición energética residencial.
"Es muy relevante el sector residencial, tanto por el consumo energético, que está entre un 15 % y 20 % aproximadamente en los tres países que analizamos, como por las emisiones”, explica Nicola Borregaard, gerente general de EBP Chile.
"En el caso de Chile, por ejemplo, un 22 % de las emisiones de CO2 provienen del sector residencial. Es un sector relevante que al estar atomizado lo olvidamos”, añade Borregaard, doctora en Recursos Naturales por la Universidad de Cambridge y defensora de la transición energética justa.
El costo de la contaminación residencial
Según Borregaard, este cambio también es beneficioso para la economía doméstica, pese a las deficiencias en infraestructura eléctrica y el incremento de los precios de la electricidad.
Por ello, en el estudio, "analizamos los costos, porque ese es un argumento frecuente. Aunque el costo de inversión inicial puede ser más alto, la operación suele ser más económica. Esto depende de la tarifa eléctrica”.
"El proyecto busca generar propuestas basadas en datos concretos. Realizamos mediciones en viviendas para sustentar nuestras afirmaciones con fundamentos técnicos”, señala, destacando que las fuentes de contaminación varían por país: en Chile predomina la calefacción, mayoritariamente a gas, y en Colombia la leña utilizada en la cocina.
Entonces, resume, esta propuesta "conviene en términos de emisiones y costos a mediano y largo plazo, además, mejora la eficiencia de vida”.
Borregaard elogia los programas en Chile y Colombia para sustituir las cocinas de madera o carbón, pero advierte que reemplazarlas por gas no es una solución efectiva, porque este contamina al liberar metano y sustancias cancerígenas.
Por ejemplo, a partir del estudio en Chile se obtiene un factor de emisión de metano, que al compararse resulta "en el orden de 39 veces más alto” que el actualmente usado para construir el inventario nacional de emisiones.
Se apagan hornillas, pero no la contaminación
En Colombia el monóxido de carbono tiene un factor de emisión diez veces mayor que el registrado en el inventario de emisiones de la ciudad de Bogotá.
Tanto en Colombia como en Brasil, se identificó alta concentración de dióxido de nitrógeno -por encima de lo recomendado por la OMS- incluso estando apagada la cocina, lo que representa un riesgo para la salud de la población, ocasionando: afecciones respiratorias, cardíacas, irritación en los ojos y más síntomas.
Con este panorama, Borregaard detalla que se acudió al Ministerio de Medio Ambiente en Chile para dialogar con las autoridades y "están abiertas a ajustar sus factores de emisión con la evidencia de nuestro estudio”.
En términos de política pública, Borregaard también aboga por un aumento en el impuesto al carbono en Chile, actualmente de cinco dólares, que no aplica al sector residencial.
En busca de la energía limpia
El estudio, en general, recomienda estrategias integrales para la transición energética en el sector residencial, incluyendo fortalecer las redes de distribución, mejorar instalaciones eléctricas, implementar programas de recambio de artefactos eléctricos, proporcionar más información al consumidor y garantizar que los precios de la energía reflejen sus costos reales, incluidos los ambientales y de salud.
En esta línea, Marcelo Mena, CEO de Global Methane Hub, una red global que lucha contra las emisiones de metano, menciona que la electrificación es más sencilla y beneficiosa de lo que parece, considerando también que Latinoamérica tiene un gran potencial en energías alternativas.
Mena destaca que la región tiene un promedio del 60 % de energía eléctrica limpia, lo que permite reducir la dependencia de combustibles fósiles mediante energías renovables no convencionales, con posibles beneficios en el costo de vida.
"Debemos buscar una energía local, limpia y con tecnologías más eficientes y de menor costo. Esto ya ocurre con la calefacción, y estamos convencidos de que también puede implementarse en la cocina”, apostilla.
Este cambio podría ayudar a enfrentar el cambio climático, y a reducir la contaminación ambiental en los hogares, logrando un impacto en la salud pública comparable al de prohibir fumar en espacios cerrados, concluye.
el(EFE)