Los países de Europa Central y Sudoriental están conmocionados por las declaraciones de Trump sobre Ucrania, y temen volver a caer en manos de Rusia. Rumania habla incluso de "una nueva Yalta".Los ataques verbales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su difamación de Ucrania y su presidente, Volodimir Zelenski, han causado asombro e indignación, especialmente entre los ucranianos.
Pero el temor a caer nuevamente en manos de Rusia se extiende ahora también entre países de Europa central y sudoriental. Casi todos los pueblos y naciones de la región, como Ucrania, sufrieron en gran medida bajo las políticas del Imperio ruso, y más tarde, de la Unión Soviética.
La traición a Ucrania insinuada por Trump está conduciendo ahora a la más profunda crisis de confianza desde la década de 1980, cuando inicialmente no estaba claro cómo reaccionaría la Unión Soviética a los movimientos independentistas de la región.
Desde finales de los 90, EE. UU. ha sido el garante de seguridad más importante en Europa central y sudoriental dentro de la OTAN. Hoy en día, al igual que en Ucrania, la gente allí tiene miedo de quedarse sola.
En la clase dirigente de Rumania se han encendido todas las alarmas. El jefe de la oficina presidencial rumana, Cristian Diaconescu, acusa a Rusia de proponer una "nueva Conferencia de Yalta", así como la retirada de las tropas estadounidenses de Rumania, durante las negociaciones en Riad, Arabia Saudita, entre los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países.
Destacados intelectuales rumanos, incluido el politólogo Vladimir Tismaneanu, describen la reunión de Riad como una "traición" a Ucrania y a los valores occidentales, así como un "nuevo Múnich". En el Acuerdo de Múnich del 30 de septiembre de 1938, el Reich alemán, Francia, Italia y Gran Bretaña, sin la participación de la ex República Socialista Checoslovaca, decidieron ceder los Sudetes, que pertenecían a la RSC, al Reich alemán.
Elon Musk apoya a la extrema derecha también en Rumania
Como en el caso de Ucrania, el Gobierno de Donald Trump también culpa a Rumania de ser un país antidemocrático. El vicepresidente de EE. UU., J. D. Vance, acusó a Rumania, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, de no haber actuado democráticamente al haber anulado las elecciones presidenciales.
Por su parte, el magnate tecnológico e íntimo de Trump Elon Musk respalda al candidato rumano prorruso de extrema derecha Calin Georgescu, que aboga por el desmantelamiento del Estado ucraniano y su división entre Rusia, Hungría y Rumania.
La victoria de Georgescu en noviembre de 2024 en la primera ronda de los comicios presidenciales fue anulada por financiamiento ilegal de la campaña y por presunta intromisión de Rusia a su favor. De lo primero hay pruebas; de lo segundo, no las hay.
"Soberanistas”, contra ley que protege el espacio aéreo rumano
Rumania es la base más importante de las tropas de EE. UU. y la OTAN en el sureste de Europa, y alberga los mayores escudos antimisiles de la región. Por otra parte, Rumania, junto con su vecina, Moldavia, se ve afectada militarmente a diario por la guerra rusa contra Ucrania.
Rumania aprobó el miércoles (19 de febrero de 2025) una ley que permite derribar drones rusos que sobrevuelen violando su espacio aéreo. Los tres partidos parlamentarios de extrema derecha, sin embargo, que en su propaganda utilizan principalmente el lema de "soberanía nacional”, votaron en contra de la ley.
Aunque el presidente rumano interino, Ilie Bolojan, y el jefe de Gobierno, Marcel Ciolacu, reaccionan con moderación, Bolojan vincula el futuro de Rumania al de Ucrania: "La seguridad de Ucrania es también la seguridad de Europa y de Rumania”, dijo Bolojan. "Apoyamos a Ucrania no sólo por razones humanitarias, sino también por el interés estratégico de nuestro país".
Dramático llamado del primer ministro polaco
Las negociaciones de Trump con Rusia fueron comentadas en X por Donald Tusk, el primer ministro de Polonia: "Una rendición forzada de Ucrania significaría una rendición de toda la comunidad occidental".
El presidente checo, Petr Pavel, escribió el miércoles en X que llamar dictador al presidente de Ucrania requiere "una buena dosis de cinismo”. El presidente lituano, Gitanas Nauseda, por su parte, exigió en X: "Debemos actuar ahora para apoyar a Ucrania y fortalecer la seguridad de Europa. No más charlas, es hora de actuar". Nauseda presentó un plan de seis puntos que comprende inversiones en la industria armamentística ucraniana y sanciones contra Rusia. También otros países piden más inversiones en una defensa conjunta europea.
Tres países están en contra del apoyo a Ucrania
En Bulgaria, Eslovaquia y Hungría, el panorama es diferente. El presidente búlgaro, Rumen Radev, es prorruso, pero no tan cercano al Kremlin como el premier húngaro, Viktor Orbán, que siempre minimiza la agresión rusa contra Ucrania y está manifiestamente en contra de las ayudas a ese país.
Radev acoge con cautela la "iniciativa de paz” de Trump y pide al Gobierno y al Parlamento que adopten resoluciones contra el envío de soldados búlgaros a Ucrania, un tema que actualmente no está en ni en la agenda de Bulgaria ni en la de la Unión Europea.
Pero está por verse qué decisión tomará sobre Ucrania la nueva coalición que gobierna desde enero Bulgaria, ya que dos de sus tres partidos miembros son prorrusos o aislacionistas y el Gobierno está dividido sobre cuestiones de Ucrania. Eslovaquia y Hungría, por su parte, seguramente no apoyarán iniciativas de solidaridad hacia Ucrania ni una mejor estrategia de defensa para Europa.
(cp/ms)