El exactor y activista político mexicano Eduardo Verástegui generó revuelo en el ámbito político internacional tras su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington, D.C. Durante su intervención, Verástegui expresó su apoyo al movimiento de Donald Trump y Elon Musk, lo que generó reacciones mixtas. Sin embargo, lo que realmente desató la controversia fue el polémico saludo que el actor realizó al final de su discurso.
Conocido por su postura conservadora y su activismo en temas como el aborto y la migración, Eduardo Verástegui exclamó con entusiasmo: “¡Vamos a luchar! ¡Es por eso que me voy a unir al movimiento de Elon Musk y del presidente Trump! ¡Mi corazón está con todos ustedes!”
A continuación, extendió su brazo derecho de manera recta, un gesto que ha sido comparado con el famoso saludo nazi, lo que despertó una ola de críticas en redes sociales y medios de comunicación.
¿Siguiendo el ejemplo de Musk?
Este gesto no es un hecho aislado dentro del contexto político de los Estados Unidos. Elon Musk, en varias ocasiones, ha sido objeto de controversia por realizar un gesto similar, especialmente durante la inauguración del segundo mandato de Trump, donde extendió su brazo de manera que generó comparaciones con símbolos de la ideología nazi.
Aunque la Liga Anti-Difamación de Estados Unidos calificó el gesto de Musk como “torpe” y un “momento de entusiasmo”, en países como Alemania, donde el uso de este tipo de gestos es ilegal, fue severamente criticado.
Por otro lado, Steve Bannon, exasesor de Trump, replicó este gesto en CPAC durante su intervención, lo que llevó a que el líder de la derecha francesa, Jordan Bardella, cancelara su participación en el evento, argumentando que uno de los oradores había realizado un saludo asociado con la ideología nazi.
Este tipo de incidentes ha incrementado la polarización dentro del movimiento conservador estadounidense, que, bajo el liderazgo de Trump, ha estado marcado por un discurso antiizquierda y nacionalista.