El partido populista de ultraderecha AfD quiere implicarse más en la política exterior alemana, usando sus contactos con la administración Trump. Su objetivo es llegar al gobierno en Alemania en 2029.Miedos, escenarios apocalípticos, teorías de conspiración: eso es un elíxir para el partido Alternativa para Alemania (AfD), en parte de extrema derecha. En la noche de las elecciones anticipadas, cuando quedaba claro que ese partido de la derecha radical registraba una victoria histórica, pero que, con un 20,8 por ciento, de todos modos estaba detrás de la unión conservadora CDU/CSU, estallaron comentarios como estos en las redes sociales: "¡Fraude!”, "¡Buenas noches, Alemania!, "Vamos a morir todos”, "Trump, nuestra última salvación”.
Los seguidores de AfD parecían no tener tiempo de celebrar la duplicación de sus votos. Parecían impulsados por deseos de destrucción. Para ellos, Alemania, la tercera economía del mundo, está al borde del abismo. Y así ha sido durante años. Durante décadas, así lo expresan. Y millones de alemanes parecen compartir estos temores y votan por la Alternativa para Alemania. Para que algo cambie, exigen -parafraseando al presidente estadounidense Donald Trump- "¡Alemania primero!".
Trump, la AfD y las teorías de conspiración
Contra el canal en YouTube Compact-TV, de Jürgen Elsässer, un ferviente seguidor de AfD y del presidente estadounidense Trump, hay una solicitud de prohibición en curso por parte del Ministerio del Interior de Alemania por acusaciones de "contenido antisemita, racista, antiminorías, revisionista histórico y de teorías de la conspiración".
El domingo 23.02.2025, Elsässer se quejó en su programa de los alemanes: muy pocos votaron por la AfD, dice. "Me parece que la mayoría de los alemanes tienen tendencias suicidas", se queja. Un total de casi 400.000 usuarios siguen su programa.
Si se cree en lo que dice Elsässer, ahora habrá una guerra en Alemania de la cual es responsable el ganador de las elecciones: Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). "Lo que se avecina ahora es una guerra en dos frentes que el señor Merz quiere iniciar", afirma Elsässer. El político de la CDU se enfrenta a Rusia y a los estadounidenses al mismo tiempo, afirma. "Y la última persona que lo intentó fue Adolf Hitler". Merz y Hitler. El hundimiento. Alemania en escombros y cenizas. Nada menos que eso.
Y el populista de ultraderecha Elsässer tiene, además, la solución: "Quizás necesitemos una ocupación temporal por parte de las potencias de paz Estados Unidos y Rusia”, propone. Un exdiputado de AfD lo apoya y asegura que la llamada cláusula del Estado enemigo de la Segunda Guerra Mundial sigue siendo aplicable. Esta permitiría a las ex fuerzas aliadas Rusia y EE. UU. "intervenir en Alemania a nivel político y militar sin un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, si la situación política se vuelve inestable”. Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, como salvadores de la nación alemana: así lo ve la ultraderecha nacionalista moderna.
E incluso si Alemania no está al borde del abismo en el mundo real, ni hay una guerra, y esas teorías de conspiración son ridículas, pueden tener un impacto en el mundo real. Las elecciones federales de 2025 han demostrado que muchas personas en Alemania tienen miedos y preocupaciones sobre el futuro. Ya antes de la guerra y las crisis.
Ya al día siguiente de los comicios, la candidata a canciller de AfD, Alice Weidel, declaró: "Somos los interlocutores para nuestros socios de negociación en el escenario internacional", refiriéndose a sus contactos con Donald Trump, J. D. Vance y Elon Musk.
A causa de que es de ultraderecha, el AfD no tendrá, tampoco en el futuro, un gran rol político. Nadie en Alemania quiere coalicionar con él. Pero la presión interna en materia de política exterior podría ser un desafío para el futuro canciller Merz. El politólogo Boris Vormann, del Bard College de Berlín, dijo a DW: "La administración Trump no tiene ningún interés en mantener a Europa como un actor fuerte. Su enfoque parece ser que apoyar a los nacionalistas radicales debilita a la Unión Europea".
Ultraderecha nacionalista: valores comunes, enemigos comunes
Así las cosas, la AfD podría ser instrumentalizada por la administración Trump para socavar la autoridad del Gobierno alemán. La base para ello es la cercanía ideológica con la AfD, explica Vormann: "Hay una idea común de lo que funciona mal en la sociedad, con la consecuencia, por ejemplo, del rechazo del wokismo, así como al respaldo a una imagen tradicional de la familia y a valores conservadores”.
Y, como Donald Trump, la AfD tiene una cierta admiración por Vladimir Putin, el hombre fuerte de Rusia. El hecho de que Putin lleve a cabo una sangrienta guerra de agresión en Ucrania, que ya le costó la vida a decenas de miles de personas, no es un tema que preocupe a AfD.
Con su cercanía a ambos presidentes, AfD pretende escenificarse como un partido con poder. Si los conflictos entre Europa y EE. UU. o Rusia escalaran, también podría perfilarse como una alternativa en política exterior.
Pero lo más importante a tener en cuenta es que el objetivo del AfD es convertirse en la mayor fuerza política de Alemania. Entretanto, quiere poner bajo presión a los conservadores y ver qué sucede. La noche electoral, la principal candidata Alice Weidel ya hablaba de las elecciones federales de 2029: "Entonces tendremos un mandato de gobierno”.
(cp/ers)