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Alemania: el sorprendente éxito de la nueva izquierda

La gran sorpresa de las elecciones en Alemania es el partido La Izquierda, que muchos daban por muerto. Un componente importante para el éxito: la campaña en los medios sociales."¡La izquierda vive!" grita el líder del partido y candidato principal, Jan van Aken, a la multitud eufórica en la fiesta postelectoral en Berlín, cuando aparece la proyección de los resultados de las elecciones al Bundestag: 8,5% para La Izquierda (Die Linke). Al final, el resultado será incluso del 8,8%. ¿Cómo fue posible, si en diciembre el partido apenas rondaba el 3%?

"¡Todos ustedes hicieron posible esta resurrección!", agradece la estrella de las redes sociales Heidi Reichinnek a la militancia, que en las últimas semanas y meses hizo campaña intensiva puerta a puerta en toda Alemania. No menciona su propio papel como candidata principal junto a Van Aken.

Heidi Reichinnek ataca a Friedrich Merz

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En la recta final de la campaña, hubo mucha cobertura sobre la gran audiencia de Reichinnek en "X" y TikTok, así como sobre sus discursos en el Bundestag. Especialmente después de que los partidos conservadores CDUy CSU, junto con la Alternativa para Alemania (AfD), de tendencia ultraderechista, y los liberales (FDP), ahora expulsados del Parlamento, votaran a favor de una política de asilo mucho más restrictiva.

Estas fueron razones clave por las que La Izquierda logró convencer a muchos votantes en el último momento, especialmente a los jóvenes. Entre los 18 y 24 años, el partido se convirtió en la primera fuerza con un 25%, superando a la AfD (21%). En las elecciones de 2021, los favoritos en este grupo eran los Verdes(23%) y los Liberales (21%).

Los Verdes solían ser más populares

Desde un punto de vista científico, la alta volatilidad del voto juvenil es un fenómeno interesante, dice politólogo Antonios Souris en conversación con DW. "En los últimos años, se hablaba mucho del giro a la derecha de los jóvenes. Ese fenómeno sigue presente, pero ahora también hay un giro a la izquierda".


Los Verdes eran la opción preferida, especialmente cuando cientos de miles de jóvenes participaban en las protestas climáticas de "Fridays for Future". Sin embargo, ese auge se desvaneció. ¿Qué significa esto para los jóvenes con derecho a voto? "Se creó un perfil de votante que, en última instancia, no correspondía con la realidad", resume Souris.

Durante la campaña, La Izquierda aprovechó con éxito las redes sociales, pero Souris subraya que no se debe ignorar el impacto de su estrategia de contacto directo con los votantes. "No solo en internet, sino en la calle, cara a cara". Además, su posición en la oposición fue una ventaja. "Eran el 'underdog', mientras que los Verdes estaban en el gobierno".

Temas clásicos de izquierda: alquileres, salarios, inflación

Souris menciona a jóvenes progresistas con posturas pro-inmigración, a quienes La Izquierda representó mejor. Aunque estas son hipótesis por ahora, los resultados electorales parecen confirmarlas.

Otro factor clave fue el enfoque en temas sociales que afectan a personas con bajos ingresos: alquileres, salarios, inflación.

Esto explica el renacimiento de un partido que muchos daban por muerto. Además, la figura de sus candidatos jugó un papel importante.


El partido de Sahra Wagenknecht (BSW), escindido de Die Linke en enero de 2024, tuvo un desempeño mediocre, con solo un 6,6% en Berlín, mientras que La Izquierda rozó allí el 20% y fue la primera fuerza.

Esto contrasta con lo ocurrido en las elecciones regionales de septiembre y octubre de 2024 en el este de Alemania, donde La Izquierda sufrió grandes pérdidas. "Nadie esperaba un cambio de escenario tan radical", dice Souris. Su explicación: el BSW carecía del impulso que Die Linke logró con su campaña.

¿El fin del atractivo del BSW?

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Muchos votantes nunca entendieron bien la identidad del BSW más allá de la figura de Sahra Wagenknecht. Tras no alcanzar el 5% necesario para entrar en el Bundestag, Wagenknecht culpó a los medios y a las encuestas, asegurando que su partido fue "saboteado sistemáticamente".

Wagenknecht aún tiene una última esperanza: al parecer, muchos alemanes en el extranjero no pudieron votar por problemas logísticos. Por ello, el BSW está considerando presentar una demanda ante el Tribunal Constitucional.

(gg/ers)

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