Procastinar enferma a más de la mitad de los mexicanos, quienes no solo pierden productividad en su trabajo, sino que suelen tener problemas de dinero y sufrir episodios graves de estrés, ansiedad y falta de sueño.
De acuerdo con los especialistas en psicología y comportamiento humano, la procrastinación está definida como hábito de posponer tareas o actividades importantes, a pesar de tener la posibilidad, tiempo y recursos para realizarlas en tiempo y forma. ¡Mañana lo hago!
Mayra González Moreno, directora y fundadora de Mi Legado, una herramienta que permite que centraliza y facilita la organización de información esencial, explicó que dicho hábito es más común de lo que muchos piensan.
Destacó que entre los países de América Latina, como México, 61% de las personas postergan tareas con frecuencia y 20%–dos de cada 10 afectados– lo hace de manera crónica.
La especialista refirió que, los estudios más recientes arrojaron que la procrastinación está directamente relacionada con síntomas de ansiedad, estrés, problemas de sueño e incluso dificultades económicas o falta de dinero.
Lo anterior implica que postergar decisiones importantes, además de afectar la productividad laboral y económica de las personas, puede perjudicar la calidad de vida y el nivel de bienestar emocional de los afectados.
Costos emocionares y financieros de procrastinar
Dicha plataforma explicó que la procrastinación no solo se traduce en tareas acumuladas, sino en una carga mental que genera preocupación constante. “Retrasar la organización de documentos esenciales como pólizas de seguro, testamentos o registros financieros puede generar problemas futuros para los afectados y sus seres queridos”.
“Un estudio de Jama Network Open reveló que quienes procrastinan en exceso enfrentan mayores dificultades económicas, lo que sugiere que postergar la planificación financiera y organizativa puede derivar en gastos inesperados y un menor control sobre el dinero y las finanzas personales”, subrayó.
Refirió que en México aún estamos en el proceso de cambiar nuestra mentalidad hacia la organización y la previsión. Muchas veces postergamos decisiones importantes hasta que una situación nos obliga a enfrentarlas.
“Crear hábitos de orden y planificación es fundamental, pero también lo es generar conciencia sobre las consecuencias de no tomar acción a tiempo. Estar conscientes de ello nos permite asumir el control de nuestro presente y futuro con responsabilidad, destacó González Moreno.
¿Cómo dejar de procrastinar?
Para romper con la procrastinación, Mi Legado te recomienda:
1. Divide la tarea en pasos pequeños y manejables
El error más común al intentar organizarnos es pensar en términos absolutos: “debo organizar toda mi información” y resolver todos los pendientes. En su lugar, fragmenta la tarea: un día puedes recopilar tus documentos financieros, otro día asegurarte de que están actualizados y un tercer día compartir con tus seres queridos cómo acceder a ellos en caso necesario.
2. Establece fechas límite y conviértelo en un hábito
La procrastinación se combate con estructura. Pon fechas específicas en el calendario para actualizar información clave, entregar trabajo o realizar tareas pendientes y fijar la fecha de pagos y trámites. No tiene que ser un proceso tedioso, sino un hábito simple que te dará tranquilidad en el futuro.
3. Asócialo con una meta que tenga significado personal
Las decisiones que postergas hoy impactan al bienestar personal y el de quienes te rodean. Pensar en esto como un acto de responsabilidad y amor hacia nuestros seres queridos puede motivarnos a actuar.
Busca una plataforma con la que te apoyes para documentar datos financieros y patrimoniales, además de registrar deseos personales y voluntades anticipadas que pueden aliviar preocupaciones y evitar confusiones en el futuro.
4. Tomar acción es un acto de bienestar
Dejar de procrastinar no significa vivir con prisa, sino asumir el control de tu vida y evitar problemas innecesarios. La planificación y la organización no solo nos dan tranquilidad, sino que también nos permiten tomar mejores decisiones sin la presión del tiempo.
