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"Emilia Pérez": la controversia sobre la porno-miseria reloaded

La controvertida película sobre un narcotraficante mexicano transexual logró premios en Europa y 13 nominaciones para los Oscar, pero fracasó en México. Según críticos, se debe a una concepción descuidada y colonialista.Aclamada por la crítica en Europa, la película "Emilia Pérez" entra a la premiación de los Oscar, que se entregan el dos de marzo, con una nominación récord en trece categorías. La película cuenta en forma de musical la transformación del narcotraficante Manitas del Monte, representado por la actriz española transexual Karla Sofía Gascón, primero en mujer y luego en fundadora de una ONG que ayuda a buscar a las decenas de miles de desaparecidos en México.

Premiada en los Baftade Inglaterra, los Goya en España y en Cannes,la cinta del francés Jacques Audiard es, sin embargo, un fracaso en las taquillas en México y ha cosechado burlas y malas críticas en toda América Latina. Analistas consultados por DW lo atribuyen a una especie de "rebelión cultural” de las antiguas colonias ante una mirada europea que consideran colonialista, exótica y poco empática.

Total desinterés del autor por el contexto

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"Es una mirada externa sobre un conflicto que nos duele desde la década de los 70", comenta la crítica de cine Greta Padilla a DW. De por sí, no es algo malo, añade, si este retrato se hace con respeto y empatía. Sin embargo, lo que ha chocado en México, según la comunicadora de la Universidad La Salle, es "ese completo desinterés de parte del realizador en retratar de manera digna y responsable esa temática". Audiard mismo echó leña al fuego, declarando en una entrevista que el español era una lengua de pobres. El rechazo en México fue generalizado, salpicado de expresiones de orgullo nacional, algún desplante chauvinista grosero y acusaciones de apropiación cultural.

"El reproche es absurdo", dice a DW Ernesto Diez Martínez, profesor de la Universidad Tecnológica de Monterrey. "Por supuesto, puedes no ser mexicano y decidir contar una historia de México". Como ejemplo exitoso de una película extranjera sobre un tema mexicano, ambos analistas citan "La Civil", una historia sobre la progresiva infiltración de un cártel en un pequeño pueblito mexicano, coproducida entre México y Bélgica, con un elenco mexicano y dirigida por la rumana Teodora Mihai.

"El problema con Emilia Pérez es que el realizador no tuvo el cuidado ni el interés en involucrarse en el contexto y la historia", dice Padilla. "El plot (trama) es muy original e innovador, pero todo alrededor está muy descuidado".

"¿Qué diablos ven los europeos en esto?"


Diez Martínez ve una "cadena interminable de malas decisiones creativas". El crítico de cine enumera algunas: "Ni siquiera funciona como musical. No tiene una sola coreografía decente, las canciones no tienen sentido y los diálogos en español son terribles". Según Diez Martínez, autor de la revista cultural Letras Libres, desde el estreno de la película se podía observar una brecha entre la recepción en Europa y en América Latina. "Desde Cannes hubo fuertes críticas de los colegas latinoamericanos, que se preguntaban ¿qué diablos ven los europeos en esto?"

Para Martínez, la película refleja la persistente mirada colonialista y exótica que se tiene en Europa de América Latina. "Es de nuevo la porno-miseria", dice, aludiendo a un género que desde los años 70 tuvo mucho éxito en Europa, pero fue denostado como voyerista en América Latina por su mercantilización de la pobreza y violencia, y considerado una explotación de la periferia marginada por los círculos de poder colonial.

También a Hollywood, queriendo ser inclusivo, le salió el tiro por la culata. Según Padilla, desde hace rato las reglas para entrar a los premios prevén que una película tiene que incluir a las minorías en la pantalla. En el caso de Emilia Pérez, la temática transexual evidentemente pesó mucho. Pero a Padilla le "parece absurdo aplaudir una película que solo tiene una mexicana en su elenco y que repite los mismos estereotipos sobre narco, cultura, carteles y armas".

Reproducción de estereotipos

Para colmo, Emilia Pérez ni siquiera convenció a la Gay and Lesbian Alliance Against Defamation (GLAAD). La organización la criticó por reproducir estereotipos y decidió quitarla de todos sus reconocimientos en los GLAAD Media Awards. "Creo que Hollywood vive su peor pesadilla con esta película", opina Martínez. "Es un ejemplo de lo que pasa cuando la inclusión forzada y la militancia progresista se ponen por delante, dejando atrás los valores artísticos".

El público no se lo perdona: en México, el cuarto mercado cinematográfico más importante del mundo, a doce días de su estreno, ni siquiera estaba entre las diez películas más vistas. A nivel internacional, recaudó hasta ahora 15 millones de dólares, una cifra muy por debajo de su presupuesto de 27 millones.


Mientras tanto, Latinoamérica articuló en redes sociales un apoyo a otra película latina competidora, la brasileña "Aún estoy aquí", que cuenta la historia de un opositor desaparecido durante la última dictadura militar. Sus fans utilizan sobre todo la expresión "latinas unidas contra la pinche vulva", burlándose de la cita tal vez más famosa de la película Emilia Pérez, una frase bastante artificial en lenguaje coloquial mexicano, articulada además con fuerte acento norteamericano por la actriz Selena Gómez. Y como la desgracia nunca viene sola, aparecieron recientemente unos tuits racistas de la protagonista Karla Sofía Gascón que, al parecer, terminaron por sepultar las posibilidades de su éxito en los premios Oscar de 2025.

(ers)

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