Este viernes 28 de febrero, el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, junto al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, dieron a conocer los detalles del histórico traslado de 29 capos de la droga a Estados Unidos.
En conferencia de prensa, presentaron las fotografías y nombres de los delincuentes, así como los destinos finales a los que fueron trasladados en territorio estadounidense.
“El Gabinete de Seguridad cuenta con información de que existía un riesgo de que algunos de estos objetivos solicitados por el gobierno de Estados Unidos fueran liberados o siguieran atrasándose sus procesos de extradición derivado de acuerdos con algunos jueces que buscaban favorecerlos como ya se había hecho en otras ocasiones”, dijo García Harfuch.
Los extraditados: pesos pesados del crimen organizado
Entre los 29 nombres destacan figuras de alto perfil como Rafael Caro Quintero, fundador del extinto Cártel de Guadalajara; Vicente Carrillo Fuentes, alias “El Viceroy” del Cártel de Juárez; y Antonio Oseguera, alias “Tony Montana”, hermano de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. También aparecen exlíderes y operadores clave de grupos como Los Zetas y el Cártel de Sinaloa.
En la imagen exhibida durante la conferencia, se pueden ver sus rostros (con los ojos cubiertos) y sus nombres: José Ángel, José Guadalupe, Inés Enrique, José Bibiano, Héctor Eduardo, Jesús Humberto, Miguel Ángel, José Jesús, Vicente, Rafael, Antonio, Oscar Omar, Jesús Alberto, Miguel Ángel, Carlos Alberto, Andrew, Alder Alfonso, Lucio, Erick, Carlos, Alfredo, Itiel, José Alberto, José Rodolfo, Luis Gerardo, Ramiro, Rodolfo, Evaristo y Norberto.
¿A dónde los llevaron?
De acuerdo con García Harfuch, los 29 capos fueron divididos y trasladados a distintas ciudades, dependiendo de las órdenes de captura vigentes y los procesos legales que enfrentan:
- Washington D.C. (7 capos)
- White Plains, Nueva York (2 capos)
- Chicago, Illinois (2 capos)
- Houston, Texas (3 capos)
- McKinney, Texas (4 capos)
- Nueva York (JFK) (2 capos)
- Phoenix, Arizona (6 capos)
- San Antonio, Texas (3 capos)
El operativo incluyó la participación coordinada de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, quienes ejecutaron los traslados desde distintos centros penitenciarios mexicanos hasta aeropuertos en Hermosillo, Culiacán, Tijuana y Cancún, para después volar directamente a Estados Unidos.
Una extradición histórica bajo presión internacional
Este movimiento masivo no es casualidad: ocurre en medio de crecientes presiones del gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, quien ha exigido a México acciones contundentes contra el narcotráfico, particularmente en el combate al tráfico de fentanilo.
Este trasladado conjunto es interpretado como una señal de cooperación ante las amenazas de imponer aranceles a productos mexicanos si no se intensificaba la lucha contra los cárteles.
García Harfuch calificó el operativo como “un golpe sin precedentes contra el crimen organizado binacional”, y afirmó que la colaboración entre México y Estados Unidos seguirá siendo clave para debilitar a las organizaciones criminales transnacionales.
Impacto y reacciones
El traslado de estos 29 capos representa un duro golpe simbólico, pero expertos advierten que esto no necesariamente desmantela las estructuras criminales en México. Sin embargo, es un mensaje directo para los cárteles.