El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, reafirmó que el próximo martes 4 de marzo entrarán en vigor los aranceles a México y Canadá, en respuesta al tráfico de fentanilo hacia su territorio.
Aunque el funcionario destacó que ambos países han hecho un “trabajo razonable” en la lucha contra esta droga, aseguró que la medida se mantendrá, ya que el fentanilo sigue llegando a Estados Unidos y sigue “asesinando” a sus ciudadanos.
Lutnick, en una entrevista con la cadena Fox News, explicó que aunque el presidente Donald Trump aún está “pensando exactamente cómo quiere actuar con México y Canadá”, la situación sigue siendo “cambiando” y los aranceles se implementarán sin excepción.
Aranceles tienen justificaión: EE.UU
El secretario de Comercio agregó que, aunque ambos países están haciendo esfuerzos para controlar el tráfico de fentanilo en sus fronteras, la crisis persiste, lo que justifica la imposición de los aranceles.
Este anuncio sigue a la firma de un decreto en febrero por parte de Trump, que establece un arancel del 25 % a ambos países como represalia por el continuo flujo de fentanilo, pero que fue pospuesto hasta el 4 de marzo tras las promesas de México y Canadá de reforzar los controles fronterizos.
Efectos negativos para la economía
El Gabinete de Seguridad de México y una delegación de alto nivel de Canadá se reunieron el jueves pasado en Washington con la administración Trump en un intento por evitar la implementación de los aranceles.
En medio de estas negociaciones, México ha realizado un gesto significativo al extraditar a Estados Unidos a 29 capos del narcotráfico, entre ellos a Rafael Caro Quintero, líder del Cártel de Guadalajara, y a los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, del Cártel de Los Zetas. No obstante, la amenaza de los aranceles sigue latente.
Especialistas advierten que la imposición de aranceles podría tener graves consecuencias económicas para ambos países, con efectos negativos para la economía de Estados Unidos, como el aumento de la inflación y un impacto en el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses.