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“Oso”, el lomito que “paga” por sus antojos en puesto de comida en Tecámac

No es la primera vez que este perrito se viraliza por “entender” que debe “pagar” por sus alimentos

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Foto: (Especial)

En el fraccionamiento Villa del Real en Tecámac, Estado de México, un perro labrador llamado “Oso” se ha ganado la fama de ser el cliente más peculiar de un puesto de quesadillas. Este simpático lomito, de 5 años, ha establecido una rutina que lo convierte en una especie de “cliente frecuente” de la familia López Bautista, quienes lo reciben con cariño y una comida especial que disfruta con gran entusiasmo.

Sin embargo, lo que hace especial a este perro no es sólo su amor por las gorditas de chicharrón, sino la curiosa manera en la que “paga” por sus antojos, y a decir de los dueños del puesto, la historia comenzó como una broma.

¿Cómo empezaron las curiosas transacciones?

Un buen día, la familia le preguntó a “Oso”: “¿Y con qué vas a pagar?”. Al principio parecía sólo una charla sin importancia, pero pronto el labrador empezó a traer “pago” por su comida. Al principio, eran objetos simples como una chancla o un hueso, pero con el tiempo sus “pagos” fueron más sorprendentes.

En una ocasión, trajo un pañal, lo que dejó perplejos a los dueños del puesto. En otra oportunidad, logró abrir el refrigerador de sus dueños, porque sí, “Oso” tiene casa y familia, y apareció con una pechuga de pollo con todo y bolsa.

No sólo “paga”, ayuda a poner el puesto

A pesar de lo insólito de la situación, la familia no pudo evitar sonreír ante la actitud generosa del perrito. De hecho, su “pago” no nada más incluye objetos, sino también gestos de ayuda.

A menudo, cuando los dueños están en medio de la preparación de las comidas, “Oso” parece impacientarse y se acerca para “apurar” a los dueños. Como si comprendiera que su comida está en proceso, se muestra ansioso, indicando que ya quiere que su pedido esté listo.

¿Qué dice la familia de “Oso”?

La historia no termina aquí. Sus dueños, que inicialmente desconocían que su perro tenía una especie de “acuerdo” con el puesto de comida, comenzaron a darse cuenta de su afición por robar objetos. Fue gracias a las redes sociales que se enteraron de que su querido lomito había estado llevando objetos para intercambiar por sus comidas, ya que no es la primera vez que “Oso” se viraliza por “entender” que debe “pagar” por sus alimentos.

Según la verdadera familia de “Oso”, el perrito empezó con estos robos hace aproximadamente dos años. Con el tiempo, “Oso” se ha convertido en una figura entrañable en el puesto de quesadillas, demostrando que, aunque no hable, sabe cómo hacer negocios a su manera.

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