a presidenta Claudia Sheinbaum anunció hoy en su conferencia matutina una estrategia integral para proteger los diseños de los pueblos originarios ante la apropiación cultural por parte de marcas internacionales como Zara y Christian Dior, que han sido señaladas por utilizar patrones tradicionales mexicanos sin dar crédito ni compensación a sus creadores.
En conjunto con la Secretaría de Cultura y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), el gobierno implementará un programa de apoyo a artesanas indígenas, enfocado en otorgar créditos, fortalecer redes de comercialización y transformar el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) para garantizar un comercio justo.
“Este programa permitirá que las artesanías, principalmente hechas por mujeres indígenas, lleguen no solo a todo el país, sino al mundo, con precios justos y sin intermediarios abusivos”, destacó Sheinbaum.

De Los Pinos al mundo: el plan para impulsar la venta justa de artesanías
Uno de los puntos clave de la estrategia es la expansión de los mercados de venta directa. El espacio de exhibición y venta en Los Pinos, conocido como “La Casa del Pueblo”, ahora se replicará en varias ciudades del país, permitiendo a más artesanos vender sus productos sin intermediarios y con un mejor margen de ganancia.
Además, el gobierno busca proteger legalmente los diseños tradicionales, obligando a las marcas que los utilicen a pedir autorización y pagar regalías a las comunidades creadoras.
“¿Cuántas veces no hemos visto un huipil de Oaxaca o Guerrero en colecciones de diseñadores internacionales, sin que llegue nada a quienes lo crearon? Lo mismo pasa con símbolos como la mariposa monarca, que es usada en campañas comerciales sin beneficio para las comunidades que la protegen”, cuestionó la mandataria.

Un paso contra el plagio y la explotación cultural
El problema de la apropiación cultural ha afectado por años a comunidades indígenas en México. Empresas de moda han tomado patrones, bordados y técnicas tradicionales, comercializándolos a precios elevados sin reconocer el trabajo artesanal detrás de ellos.
Con esta cruzada gubernamental, el objetivo es no solo frenar el plagio de los diseños mexicanos, sino también crear oportunidades económicas para los verdaderos diseñadores: los pueblos originarios.
La iniciativa aún está en desarrollo, pero el mensaje es claro: el patrimonio cultural de México debe ser protegido, valorado y respetado, garantizando que las comunidades reciban el reconocimiento y la compensación que merecen.