Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI y senador de la República, y Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa directiva del Senado y diputado del PT, protagonizaron un intercambio de declaraciones.
Todo comenzó cuando Noroña sugirió que Moreno Cárdenas debería estar tras las rejas en 2027, una vez que termine su gestión al frente del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Este comentario no pasó desapercibido para ‘Alito’, como también es conocido el priísta, quien no tardó en descalificar tanto a Noroña como a su desempeño en el Senado.
En ese sentido, Alejandro Moreno no sólo cuestionó la capacidad política de Noroña, sino que lo acusó de ser un “porro”, un “payaso”, un “vil bufón” y hasta un “lacayo”. Según el senador priista, Noroña representaba una vergüenza para el Senado y consideró que debía ser sometido a atención psicológica por las “barbaridades” que decía.
“Si ese es el presidente del Senado mexicano, Noroña debería estar en el manicomio. Necesita un psiquiatra, un psicólogo. Le deben de dar atención todos los días porque puras tonterías hace aquí en el Senado”, expresó Moreno.
¿Cómo respondió Noroña a ‘Alito’?
Sin embargo, Gerardo Fernández Noroña no tardó en responder a los dichos de Moreno. En una entrevista, el presidente del Senado minimizó los ataques y reafirmó su postura de que Moreno debería ser encarcelado por los presuntos actos de corrupción durante su tiempo como gobernador de Campeche.
“Debería estar en la cárcel, punto”, declaró Noroña, defendiendo su crítica a Moreno y añadiendo que su permanencia en libertad sólo ayudaría a “desaparecer al PRI”, ya que “es el sepulturero mayor del PRI, y si no me creen, pregúntenle a Manlio Fabio Beltrones”, retó Fernández Noroña.
No es el primer enfrentamiento entre los legisladores
En octubre de 2024, Alejandro Moreno subió a encarar a Gerardo Fernández Noroña, reclamándole por no darle el uso de la palabra.
La controversia se originó durante una sesión en la que se discutía la la reforma de Supremacía constitucional. Después de que Fernández Noroña declaró la constitucionalidad de dicha reforma, varios senadores priistas, entre ellos Moreno, solicitaron el uso de la palabra, pero Noroña no accedió a sus peticiones, lo que generó la molestia de los priístas.
La tensión aumentó rápidamente. Gerardo Fernández Noroña, visiblemente enojado, le respondió a Moreno: “¡No me pongas el dedo encima!”, mientras exigía respeto hacia su presidencia. La confrontación se tornó más intensa cuando Moreno le replicó: “A mí no me grites, a mí no me grites”.
La discusión comenzó a salirse de control por lo que la senadora Lucía Trasviña, también de Morena, se interpuso entre ambos senadores y posteriormente comenzó a jalonearse con la legisladora del PRI, Karla Toledo.